Tamara, nuestra casa, nuestro jardín

A propósito de la muerte de nuestra querida amiga historiadora, curadora e investigador Tamara Díaz Bringas (1973 – 2022), compartimos el texto de Ana Longoni que recoge parte de sus recorridos, tramas y complicidades que atravesaron fronteras y la conmovedora y valiente carta leída en el marco de la inauguración de la exposición Giro Gráfico por Ignacio Nacho Montenegro.

Tantos pequeños rituales que nos inventamos

por Ana Longoni (publicado en Revista Anfibia)

Tamara Diaz Bringas (1973-2022) fue una historiadora del arte cubana que vivió y trabajó diez años en Costa Rica y los últimos trece años en España. Investigadora, curadora, escritora, impulsora de múltiples proyectos y espacios, fue también integrante de la Red Conceptualismos del Sur y coordinadora de Actividades Públicas del Museo Reina Sofía, curadora y coordinadora editorial en TEOR/ética, responsable de la X Bienal Centroamericana de Arte y de la 31 Bienal de Pontevedra. Pero antes o además de todo lo mucho que hizo, Tamara fue una queridísima amiga de muchísima gente, constructora de redes afectivas abigarradas y enredadas, dispersas desde su mar Caribe hasta Galicia y más allá. En todos los sitios por los que anduvo dejó trazas delicadas y entrañables, finas pero fuertes raíces como las que sostienen secretamente un manglar.

En los pocos y difíciles días que llevamos sin ella (o con ella en otros planos, de otras formas), ¿cómo rozarla a través de la escritura, cómo encontrar las palabras que nos sacudan el silencio, que den alguna forma al dolor que nos habita, pero sobre todo que hablen de ella viva, que alcancen a manifestar para quienes no la conocieron algo de su valentía y su dulzura, su capacidad de cambiar concretamente y de maneras inexorables el mundo alrededor? ¿Cómo dar a conocer la fortuna de haber compartido estos años con ella, incluso este último año difícil de enfermedad: su preciosa lección de defender la vida, y también de despedirse de ella?

1.

Fue hace una semana. El jueves miré el teléfono al despertar y allí estaba la mala nueva. Quedé muda, entre espasmos de llanto y absurdas fugas al hacer-hacer. El tiempo del duelo es cíclico y circular, como nos enseña la viejita wichi sentada al pie de un añoso jacarandá en la película “El etnógrafo”, cuando responde a la pregunta sobre cuándo murió su marido señalando con los ojos hacia la copa del árbol: “cuando el árbol estaba florecido”. Así, cada vez que el árbol florezca, cada vez que sea jueves a la mañana y abra los ojos…

Abro los ojos y también la ventana (te he mandado, Tam, tantas fotos de esa primera luz de la mañana entrando a la habitación que ocupo hace unos meses), y en el techo de la casa de enfrente, posados en una vieja antena de televisor, dos pájaros: una paloma torcaza y otro más pequeño -quizá un pichón que ya aprendió a volar- achuchado por la lluvia que ha caído fuerte esta madrugada. El pequeño se queda allí parado un largo rato, juntando fuerzas para el vuelo.

Hoy es otro día. Abro los ojos y la ventana, busco al pájaro. Está nublado, el cielo gris, la antena vacía. Miro el vacío un ratito, sin decidirme a salir de la cama. De golpe, aparece. El pájaro se ve más entero que ayer, se emprolija las plumas o quizá se despioja, no deja de mover la cabecita hacia su propio cuerpo. Como una caricia.

Eso que parece intrascendente o diminuto, cuestión menor, eso es lo que Tamara trataba como un enigma y aprendía a develar.

2.

Prestar atención a lo pequeño: aproximarnos hasta rozar las texturas íntimas, los poros de las cosas, sus nervaduras y sus fluidos. Así se movía Tam con todo. Atenta como lince, sensible como anémona, nada de lo que acontecía alrededor le pasaba inadvertido. Una percepción amplificada y amorosa, un pensar con el cuerpo a toda hora.

Lo define ella misma, ante la pregunta de Miguel López acerca de por qué el título escogido para la antología de sus textos, Crítica próxima. Su respuesta condensa un programa vital e intelectual:

“Ante aquella ficción de la ‘distancia crítica’ prefiero situar mi práctica desde la proximidad. La idea de estar implicada, de ser parte de los procesos con los que trabajo, de producir crítica, escritura o conocimiento con otros, junto a otros, más que sobre ellos. Frente a los supuestos de una crítica neutra, objetiva y de un sujeto desencarnado, que todo lo ve, el feminismo defiende una perspectiva parcial, un pensamiento encarnado, situado, implicado en un contexto concreto desde el que se investiga o se escribe. Propongo entonces ‘crítica próxima’ en consonancia con una epistemología feminista, y en ese sentido la proximidad sería también la del cuerpo,  entender que el pensamiento pasa por el cuerpo. Por otra parte, ‘crítica próxima’ podría remitir a lo que viene, a un inmediato porvenir, y me gusta pensar la práctica crítica y curatorial como interpretación e intervención en el presente, y también como modo de imaginar otros futuros”.[1]

Fue ese mismo párrafo el que elegí leer al comenzar la primera reunión de coordinación del departamento de Actividades Públicas del Museo Reina Sofía a la que ella no pudo asistir cuando se declaró la enfermedad, hace justamente un año. Tam había instituido esas reuniones, en la que logró poco a poco, con su modo artesanal (tejer urdimbre, amasar barro), que ocurriesen dinámicas transversales de trabajo, se materializaran complicidades y sinergias entre personas y equipos que antes apenas sabían l+s un+s de l+s otr+s, quebrando esa lógica de parcelas herméticamente ensimismadas que tiende a predominar en el museo.

Ella iniciaba cada una de esas reuniones compartiéndonos un trozo de película de Alejandra Riera, o un dibujo en lápiz de la hondureña Xenia Mejía, o un diagrama de Fran Cabeza de Vaca,  o algún texto o canción dedicadamente escogidos, y ante el que nunca explicitaba ninguna razón o justificativo. No estaban allí en función de explicar o ilustrar nada. Ese desacomodamiento o incomodidad, ese dejarnos perplej+s o desorientad+s, en silencio ante la aparición de un hallazgo que no es la pieza que falta en el puzzle sino una pieza nueva hecha de un material desconocido, que no encaja en ninguna parte y abre una brecha, otro orden de posibilidades.

Así Tam nos sacudía con delicadeza la burocracia de encima y nos hacía recordar sin decirlo que estábamos allí, trabajando en ese museo, por la capacidad de conmoción y de estremecimiento que el arte puede llegar a hacernos sentir.

“¡Buen día!”.  Un potlatch como lluvia fresca e inesperada, en medio de una compleja, multitudinaria y abrumadora jornada de trabajo, esa era Tamara. Llegar al museo cada mañana y encontrarla ya allí trabajando, concentrada, su figura delgada envuelta en sus vestidos, sus pañoletas y sus zapatitos coloridos, y ante todo esa sonrisa luminosa que se desataba desde los ojos y le sacudía el cuerpo entero. 

La inteligencia sensible y discreta con la que veía las cosas, aunque se mostraran arremolinadas, confusas y ásperas, y su capacidad de buscar el lugar desde el que pudieran desplegarse de otro modo, más amable y considerado. Más dulce y vital. Capaz de entender, sin tomar distancia, la trama de las cosas, la gente y sus latidos.  

3.

Conocí a Tam en el PEI[2]  en 2008, como parte del potente grupo en que estaban entre otr+s Nancy Garín, Aimar Arriola, Linda Valdez, Miguel López, Fernanda Nogueira y Sol Henaro. Fue justamente la querida Sol la que unos años después la impulsó a entrar a la Red Conceptualismos del Sur, cuando ella estaba encarando el proyecto de dar forma al gigante archivo de Rolando Castrillón, en Costa Rica. Fue a partir de entonces que empezamos a colaborar estrechamente, viviendo ella en Madrid y yo en Buenos Aires, a tejer complicidades e idear tácticas para paliar la precariedad y el riesgo en el que sobreviven los archivos de artistas en América Latina.  

Hablábamos, muy a menudo, sobre Cuba. A Tam le dolía la isla, la situación desesperada de la gente, el autoritarismo del poder y también la negativa (¿o negación?) de la izquierda latinoamericana a pensar el dilema y tomar posición. Sol rememoraba hace poco el gesto calmo y desafiante de Tamara al tomar la palabra desde el público -cuando inauguramos la exposición colectiva “Perder la forma humana”  en 2012 en el Reina Sofía, sobre cruces entre arte y política en los años ochenta en América Latina- para interrogarnos sobre qué hacer con Cuba, tan a contramano de los lugares comunes más instalados en la militancia y la intelectualidad bienpensante.  

La hemos escuchado contar la experiencia de haber nacido y crecido en Matanzas en los setenta y ochenta y sus historias de joven pionera enviada a la cosecha. Estudió historia del arte en La Habana en medio de la feroz crisis de los años noventa,  en tiempos de tan extrema escasez que recordaba haber comido pizza que en lugar de queso tenía encima preservativos derretidos… Nunca, nunca se victimizaba, adoraba su isla, su mar, su gente: lo echaba muchísimo en falta. Pero no cejaba en llamar la atención con tanta firmeza como delicadeza sobre la falacia del discurso revolucionario sostenido a costa de tantas privaciones y persecución. Como tant+s cuban+s, al migrar devino en sostén económico de su familia, siempre atenta a las formas inciertas de hacerles llegar, comida, medicinas o lo que necesitaran. Jamás la escuché quejarse, nada más ajeno a ella que el lamento, siempre sonriente y generosamente dada al resto. No perdonaba, eso sí, que el Estado cubano le hubiera impedido acompañar a su padre en la agonía, como sorda represalia por haber migrado.

Fue gracias a su invitación que viajé en 2016 a El Salvador, cuando ella estaba curando la X Bienal Centroamericana y me propuso el desafío de colaborar en un ejercicio de activación del trabajo que algunos jóvenes artistas salvadoreños (The Fire Theory y Fredy Póker Solano) estaban haciendo en los maravillosos archivos del MUPI (Museo de la Palabra y la Imagen).

A veces lográbamos interrumpir un rato la interminable jornada laboral y nos escapábamos  a almorzar junto a Lidia Blanco a un pequeño restaurant italiano en la calle Argumosa, su preferido. Pero la mayoría de los mediodías llevaba su tapper al jardín del museo o al despacho de sus querid+s amig+s de Exposiciones Temporales, adonde había sido becaria unos años antes.

4.

En 2018, al cumplirse diez años de la fundación de la Red Conceptualismos de Sur, organizamos una reunión plenaria en Buenos Aires que sesionó fundamentalmente en casa de Mabel Tapia, en Parque Chacabuco. Fue en esa terraza que Tam nos puso al tanto de la gravísima represión que se estaba viviendo en Nicaragua, cuando la represión del gobierno de Daniel Ortega ocasionó en esos días la muerte de trescientos jóvenes en las calles. Y nos convocó a solidarizarnos con los manifestantes replicando la acción de los “picos rojos”.

Munida apenas de un lapiz labial rojo, Tam se pintó y nos pintó, nos pintamos las bocas, y con ella nos reímos y nos enredamos en ese pequeño acto desafiante y a la vez festivo. Porque para ella la acción política podía ser también desacato alegre, un baile desobediente, un guiño. 

A inicios del confinamiento, en medio de tanta incertidumbre y aislamiento, Tam nos propuso juntarnos a compartir lecturas, experiencias, sensaciones, silencios. De allí nació el grupo Respirar, una de las experiencias colectivas más radicales que me ha tocado vivir trabajando en el museo. Nos reunimos durante meses una vez por semana personas de distintos departamentos para leer o escuchar o simplemente estar con otr+s, derivando por donde nos llevara el deseo, quebrando cualquier lógica productivista, cuidándonos y respirando junt+s cuando todo se cerraba alrededor.

Más tarde viajamos -cuando las condiciones lo permitieron y gracias a la propuesta de Isabel de Naverán- a la residencia Azala, en el País Vasco, abocándonos a leer colectivamente (un acto performático, entre serio y errático, concentrado y jocoso) La vida de las plantas, de Emanuele Coccia. Fue allí, entre nieve y meditaciones en movimiento, que Tam nos propuso bailar un #Guaguancuir, una acción de solidaridad con el Movimiento San Isidro y el 27N en Cuba. ¿Cómo contraponernos a la violencia de Estado estando tan lejos? Partimos de eso, de un gesto. Nos pusimos pelucas y plumas. Y emulamos torpemente una coreografía callejera en apoyo al artista Luis Manuel Otero Alcántara, para llevar a nuestros cuerpos y desde ellos un acto vital contra el miedo y la violencia. “Porque si no puedo bailar, no quiero ser parte de tu revolú”. Ese día era su cumpleaños. Más tarde Tam nos dijo que le habíamos regalado la mejor canción.

5.

Cambiar algo alrededor. De eso se trata su lección política o mejor vital, lejos de cualquier ampulosidad o retórica vacía. Como en el Jardín de las Mixturas, un sitio donde Tam vibra bonito. Desde hace más de cuatro años, las jardineras (Alejandra Riera, un grupo de trabajadores del museo y vari+s otr+s “extern+s” que se han ido sumando) revolucionamos el jardín del viejo edificio Sabatini. Dos parterres, uno de sol y el otro de sombra, se liberaron de la convención del resto del jardín. No más riego automático, ni rejas alrededor, ni césped prolijamente cortado. Empezaron a aflorar otras plantas (las fresas salvajes, antes que nada), se cobijaron especies nativas y medicinales. Un contraste abismal en el que empezaron a dejarse ver formas de vida no humana  (plantas y hongos, pájaros y murciélagos, insectos, orugas).

Un banco enfrentado a otro en el parterre de sol: una medida tan sencilla como cambiar la disposición de los asientos para permitir que la gente se reúna allí a comer, a conversar, a tomar solcito. Ese pequeño movimiento ya generó que se altere completamente el uso del jardín. Dar cabida a una comunidad.

Cada martes nos juntamos a trabajar en el jardín, a veces much+s, a veces poquit+s, Tamara siempre. Y en verano, tres veces por semana, a regarlo a mano. Lo que al principio fue leído como una zona abandonada o descuidada o dejada a su suerte, hoy se vislumbra como otro jardín posible.

Revolucionar el museo en una escala invisible. Microscópica y honda. Dejar sentadas las posibilidades de que allí ocurra algo, lentamente, con su propio ritmo y contingencias. Sin imposiciones ni reglas ni plazos.

Una querida amiga me consuela en estos días con la imagen de una hoja seca que se desprende del árbol, cae y se integra a la tierra, la vuelve fértil. “Hay que aprender a dejar ir”, me dice.  Las metáforas vegetales: ser humus, diseminarse en semillas, volverse un jardín. En un sentido material y concreto,

Tam ya devino jardín, hace tiempo.

6.

Lo último que hice antes de irme del museo fue regar sus plantitas. Su despacho estaba al lado del mío, y mientras en el mío no lograba sobrevivir ninguna planta (¿por falta de luz? ¿por exceso de tensión?), ella había logrado un vergel en el que se enredaban potus, cactus, suculentas y otras especies  que  cubrían el piso y avanzaban por la pared de vidrio.

Cuando se enfermó y tuvo que dejar el museo en marzo del año pasado, me encargó que las cuidara. En los cuatro meses que pasaron hasta que yo me fui del museo, cada vez que me acercaba con la botella de agua a regarlas y saludarlas, encontraba signos de otras presencias cuidadoras de esas plantas. La tierra húmeda, las enredaderas encaminadas. Alguien más, seguramente Dani, o quizá Sara, o Yuji, tal vez Maite, Isaac, Hilda o Antonio, cuidaban de ese jardín mientras Tamara no estaba. 

Me fui tranquila.

7.

El proceso de la enfermedad duró un largo año. Tam lo vivió con una valentía y una entereza sobrecogedoras. Claro que tuvo miedo, miedo por ella, miedo también por el futuro de su familia. Pero ante un diagnóstico lapidario, exploró alternativas para sentirse mejor, acudió a otros saberes que pudieran ayudarla, se dejó querer: un platanito con arroz y frijoles preparado por su mamá Blanca, los zumos con que empezaba el día gracias a las alquimias de su sobrina Aurora y al envío semanal del cajón de frutas y verduras de  sus amigas cubanas, las risas con las que recibió a su esperada hermana Miry vestida de astronauta por el protocolo covid, el reiki que canalizaban Marta y Ana para ayudarla a respirar y a descansar, los ramos de flores silvestres de la secta tamarista, la puesta de sol desde su balconcito madrileño, allí mismo donde sus amig+s se acercaron a cantarle las mañanitas en su último cumpleaños, los chorritos de agua de la piscina cercana a su casa masajeando su espalda, una escapadita con Orestes a ver el mar o con Bea y Fer a pasar el día en las sierras… Y tantos pequeños instantes de felicidad. Tantas velitas prendidas. Tantos pequeños rituales que nos inventamos.

Quizá la mayor lección, la que no deja de asombrarme, es cómo  Tamara cuidó hasta el último instante, atenta y amorosa, el estado de ánimo de su familia, la biológica y la afectiva, esa red hermosa diseminada por muchas partes. Hasta nos ideaba modos de acompañarla a quienes estamos lejos. Cuando no podía leer, nos pedía que le compartiéramos nuestras lecturas por audio. Esperaba las horas de la mañana, en que se sentía más fuerte, para mandar mensajitos con su mejor voz. Se despidió amorosamente de cada un+ de nosotr+s, un+ a un+, cuando apenas le salían las palabras, sin dejarnos de sonreir y alentar.

Es alucinante, pero en este duro año -entre ingresos al hospital, quimioterapia, máquina de oxígeno y tantas complicaciones- no dejó de acompañar concienzudamente los proyectos que ya había iniciado. Los martes que pudo fue al Jardín de las Mixturas.  También estuvo presente en “El hacer de las formas”, el ciclo que armó -junto a Jon Ander Tomas- en el museo insistiendo en dar escucha a los modos de pensar y producir de l+s artistas, en el taller de nudos y tejidos de Eva Lootz, en la deriva colectiva por los caminos subterráneos del agua del centro de la ciudad de Madrid junto a Carme Nogueira.

Incluso Tam inauguró en noviembre pasado la exposición “El pasado delante” en Casamérica. Leyó allí, con su aparato de oxígeno y su vocecita poblada de entereza y dulzura, el poema de la escritora maya K’iché Rosa Chávez que empieza diciendo: “Dame permiso espíritu del camino/regálame permiso/ para caminar/ por este sendero de cemento/ que abrieron en tu ombligo”.

El primer día de este año, nos compartió un breve video en el que proponía un 2022 de transformaciones amables. Ya ingresada estos últimos días al hospital, y muy consciente de la despedida, fue capaz de montar una preciosa exposición en la habitación con los dibujos, fotos, mensajitos y flores que le hacíamos llegar. Una tarde, cuando Sally Gutierrez entró a visitarla, y luego de bromear con que le había tocado una habitación en el pabellón Sur, le pidió que abriera las persianas para ver jugar las sombras que los árboles de afuera y las flores de adentro proyectaban sobre las paredes. Registraron para quienes no estuvimos allí una preciosa película en los minutos que duró el turno de la visita.

Volver mágico y bello el momento más difícil.

Unos días antes de la última internación me mandó un mensaje con un hilito de voz para contarme que no estaba bien, que ya no podía caminar. Lo escuché en medio de un bosque de pinos al lado del mar en Pehuencó, le mandé una foto de la copa del árbol y un fragmento del cielo, y le conté que ese día mi hijo, su novia y yo, en pleno viaje a la Patagonia, habíamos enfermado de Covid. Nada, nada grave.  Enseguida respondió para consolarme y contenerme ella a mí. Ay.

8.

He estado leyendo estas semanas “A la salud de los muertos” de Vinciane Despret. Entre otras indagaciones sobre los lazos que unen a viv+s y muert+s, los modos en que l+s muert+s se comunican, se hacen presentes y nos hacen hacer cosas, presta especial atención al territorio de lo onírico.

El domingo siguiente a su muerte, convocamos a un círculo de la palabra y el silencio para abrazarnos a la distancia entre la gente de la Red Conceptualismos del Sur. Fernanda Nogueira contó el sueño que tuvo la noche anterior al encuentro: Tamara la llevaba a un sitio lleno de personas desconocidas para ella y entre sí, pero cuyo lazo en común era Tam.  Eso le producía mucha confianza. Tam l+s proponía bailar en grupos, enseñándoles algún paso o movimiento… Ponernos a bailar, hacernos encontrar, trazar vínculos y entrecruzamientos: volvernos un manglar.  

Yo misma soñé, la madrugada en que ella murió, en blanco y negro, como si fuese una película vieja. Veía venir a una querida amiga, Claudia, que murió en 1995 de sida, caminando sin decir palabra hacia mí. Hace tiempo que no se me aparecía en sueños. No me intranquilizó su presencia, al contrario. Elegí entenderlo como una señal de que Tam no estaría sola.

Vuela-vuela.

[1] Tamara Diaz Bringas, Crítica próxima, Teorética, San José de Costa Rica, 2016, p. 169

[2] Programa de Estudios Independientes del MACBA, Barcelona.


Estelí, 10 de mayo de 2022

Tamara:

Qué extraño escribirte ahora, querida. Aunque no, realmente. Sigo hablando con vos. Como siempre que hablábamos, hablábamos no de arte, sino de lo que pasaba en la vida. Muchas sorpresas ahí, muchas ilusiones y desilusiones. Mucha felicidad y mucho, mucho dolor. En fin. Te cuento que tengo dos correos tuyos sin abrir. Me rehúso a despedirme. Así, seguimos pendientes.

La última vez que te vi estabas llorando. Quería decirte que no había nada. Que estaba bien. No todo, pero bueno. Quería pasarte un clínex, pero la pantalla no me lo permitía. Quería decirte que no era raro que muchos compañeros siguieran ilusionados y defendiendo a ultranza a los FAROS siniestros de nuestra izquierda. Perder la ilusión no es así por así, estamos claros. A mí también me parecía gracioso el Comandante Eterno Hugo Chávez y, claro, El Caballo estuvo en mi pared hasta bien entrados los 80. Aún siento el humo de su habano. En su lugar, ahora tengo el póster de Luis Manuel Alcántara aferrado al garrote vil por el cuello y con las manos atadas. Me da ilusión ese chico.

Pero hoy te quería hablar de otra cosa. Aunque quizás sea la misma. Otra cara de la misma.

Acá en Estelí, tres veces heroica por las tres veces que la dictadura somocista bombardeó la ciudad en los setenta. Y en toda la tierra de Sandino ahora resulta que la Revolución —sí, con mayúscula— siempre fue una Mierda (también con mayúscula). Pero, espérate un poquito. ¿Tú taba ahí, chico?

La verdad es que no hay tal. La Revolución Popular Sandinista (de 1979 a 1989) fue y será el momento más importante en la historia de Nicaragua. Después de 30 años de lucha cruenta y de más de 50,000 muertos (o sea: 300,000 litros de sangre o 10 piscinas olímpicas de sangre) el pueblo nicaragüense y su entonces vanguardia armada, el FSLN, derrocaron a la estirpe sangrienta de los Somoza. No me gustan los adjetivos, pero acá no sobran: cruenta, sangrienta. Por fin el pueblo nicaragüense dejaba de ser un departamentito del Departamento de Estado de Estados Unidos. Los omnipresentes yankis de nuestra historia y la tuya. Ya no más Yes, Sir, Yes, Sir, Yes, Sir, hasta el infinito…

Pero estate clara, Tamara. Algunos siempre añorarán decir Yes, Sir. Ni modo. Hablar inglés, aunque solo sean dos palabras, los hace sentirse cool.

La Revolución fue muchas cosas: el fin del miedo y de la angustia, la campaña de alfabetización; los talleres populares de poesía (incluyendo los de la Policía y el Ejército), la dirección colectiva (para evitar aquello del mesianismo y el culto al espejo); la reforma agraria, la expropiación de tierras somocistas (más de la mitad del país); el divorcio unilateral; las cooperativas; las organizaciones populares ,que al fin se sentían oídas y a las que se les daba resolución a sus demandas.

Autodeterminación: me gusta esa palabra. Lamentablemente también significó la defensa de la Revolución, pues a solo días del triunfo, los de la Casa Blanca y el Departamento de Estado iniciaron su mal llamada «guerra de baja intensidad» contra Nicaragua. También estaban los abusos y miserias de los hombres y mujeres que hicieron, e hicimos, la Revolución. No hay tal hombre nuevo, por el momento.

Pero eso ya lo sabes. Quizás lo que no te conté antes fue lo personal. Para mí, que siempre me vanaglorie de mi individualidad, de mi diferencia, de mi unicidad, la Revolución me hizo ser parte de la colectividad; parte de algo más grande y mejor. Me sentía multitudes (que poético, ¿no?). Había este diálogo constante y crítico entre el pueblo y el pueblo, y entre el pueblo y su gobierno. Y ese sentimiento fue maravilloso, y al fin pude creer y crecer un poquito. Al fin ser nicaragüense no era una vergüenza.

¿Y qué fue lo que pasó?

No te sofoques, Tamara. Ya te voy a decir lo que pienso que pasó. Antes te cuento algunas cosas de mi Revolución. En 1984, cuando se intensificó la agresión yanki a Nicaragua, Manuel El Indio García, pintor primitivista (autónomo) pintó su versión del Infierno. En ese Infierno pintó, entre otras criaturas, al comandante de la Revolución, Bayardo Arce. Ahora probablemente los hubiera pintado a más o menos todos. En todo caso, el Indio García no fue a parar a ninguna ergástula ni le arrancaron las uñas ni lo exiliaron ni lo violaron con un AK47. No le pasó nada a su familia. No lo desaparecieron. O sea, lo que le pasó al Indio García fue que se hizo más famoso de lo que ya era. Joder.

Para la misma época, la organización de ciegos revolucionarios pidió armas para defender la Revolución. Mejor no veo, dije yo, pero que simpáticos y ciegos, los ciegos revolucionarios. Todos queríamos defender la Revolución. Donde fuera y como fuera, lo que no implica que no me pasara capeándome del servicio militar los diez años de la Revolución. No quería que me mataran y no quería matar a nadie. Ni a los contras ni a sus asesores yankis ni a nadie. En 1985, fui «emulado», vaya palabreja, por mi trabajo en los Talleres Populares de Cultura. Mi reconocimiento fueron las obras completas (como 100 volúmenes en pasta dura, que, me imagino, no hallarían dónde meter) del Gran Líder Camarada y Sol Naciente Kim Il Sung. Te cuento también que la vigilancia revolucionaria en Cultura era la más divertida de todas: nada de viceministros golpeándote en la cabeza. No, aquello era más bien un happening de los sesenta. Los únicos petardos que nos disparamos eran de maracafufa. Y eso que por la lucha en la frontera norte, las mejores cepas de cannabis se estropearon para siempre.

Está haciendo frio en Estelí ahora, Tamara. “Mucho más allá de mi ventana”, Elena, quien te manda saludos y mil besos como siempre, está sonando por milésima vez “Como esperando abril”. Yo prefiero Porno para Ricardo, como sabes. Acá, el coma sigue comiendo.

Pero basta de mi revolución, Tamara. Aunque no, mejor no. Te cuento una cosita más. En Julio del 79, pocos días antes del triunfo revolucionario, Carlos Amaya, que era mi mejor amigo, disparó un RP-G7 contra el comando de la guardia somocista en la ciudad de León. Siempre tuvo puntería, el Carlos. Siempre. Y esa vez fue igual. El cuartel de los esbirros quedó hecho añicos. Carlos, en un gesto homérico, se levantó de la barricada donde estaba y gritó: Patria Libre o Morir. Es decir, quiso gritar Patria Libre o Morir. Pero lo único que pudo gritar fue Patria Libre o…, pues uno de los guardias del cuartel seguía vivo y, con una 50 lo partió en dos. Dos Carlos. Ni uno de ellos vivo.  Sacrificio del Cordero. Amén.

¿Murió en vano Carlos Amaya? ¿Fue otro tonto inútil? ¿Otro joven iluso que agarró la vara? ¿Otro pendejo que luchó para que los que olvidaron el plan histórico se volvieran millonarios teñidos de rojo y rodeados de sicofantes con solo la retórica de izquierda como huella de lo que un día fue?

Muchos piensan que sí fue en vano. Que se hubiera graduado. Después de todo, era el mejor de la facultad. Que tenía un gran futuro. Pero, yo, Tamara, pienso que no. Un NO bien grandote. Pienso, y sé, que murió por ese «Gran Futuro» para los 6 millones de nicaragüenses. Vendrá.

Pero se hace tarde, Tamara. Elena al fin dejó en paz a Silvio. Es cierto que hizo una canción para Nicaragua, pero, por favor. A mí me llega más la de Viglietti. El sombrero en alto de Sandino. ¿Me sentís? Para terminar de escribirte esta carta voy a ir al tornamesa y voy a poner el acetato de Coltrane de A Love Supreme que tanto te gustaba. La intensidad desatada lo llena todo. Es como las revoluciones. Ya.

Ahora sí te contesto que pasó y por qué. Es decir, te receto mi narrativa, como se dice ahora. Si no te gusta, hay muchas más. Del hombre nuevo al hambre nueva. ¿Cómo? ¿Por qué? Para 1987, los yankis y su comandante en jefe Ronald Reagan («I’m a Contra too») tenían ahorcada económica y militarmente a la Revolución. No nos daban una sola posibilidad: Minado de puertos, guerra de la Contra en ambas fronteras, 70% del presupuesto dedicado a la defensa, servicio militar obligatorio, madres viendo morir a sus hijos, viudas, huérfanos, colas para todo: el pan, el azúcar, los frijoles, el arroz, los benditos cigarros. ¿Te suena familiar? Hicieron lo de siempre: aplastar con saña lo que no les gustaba, porque en “su” traspatio empezaba a funcionar algo distinto a la propaganda del American fucking way of life. Algo de los nicaragüenses. Algo nuestro. Había que asfixiar la Revolución y lo hicieron con gusto.

Los 17 años de gobiernos neoliberales que siguieron mejor ni te los menciono. Qué asco. Ni la bendición que vino a darles el santo Papa los salvará.

La metamorfosis sufrida por la vanguardia a partir de la perdida de la Revolución en las urnas no tiene nada que envidiarle a Ovidio. Quizás el envidioso sería Ovidio, realmente. Una transformación tan radical hubiese impresionado al poeta romano. De libertadores a opresores.  De «guardianes de la alegría del pueblo», a causantes del dolor del pueblo. De hombres y mujeres del pueblo, a empresarios y banqueros. De la dirección colectiva, al Comandante Zekeda. De ofrecer la sangre propia en sacrifico, a sacrificar la sangre del pueblo. La rabia, ¡coño! Paciencia, paciencia.

En fin, Tamara, todos saben lo que pasó. Hasta los de la otra narrativa. Hasta la izquierda latinoamericana que quiere seguir creyendo en los Mesías de la Tribu. O sea: The dream is over, what can I say, como dice John Lennon, bronceado y sin sus gafas, desde una banca en La Habana.

Perdón por no usar lenguaje inclusivo. Quizás la próxima.

Prometo contarte de los giros, y acerca de la hiedra y el musguito.

Saludos tres veces a Elegguá.

Te quiero siempre, pero eso también ya lo sabes.

Ignacio Nacho Montenegro

Ecuador: Inti Raymi de resistencia y zapateo por la dignidad

El actual levantamiento indígena en Ecuador, iniciado el 13 de junio, al igual que el emblemático levantamiento de 1990, se lleva a cabo en el período del Inti Raymi, o en castellano, fiesta del sol, que es la celebración más importante en el calendario agro-festivo de los Andes marcado por el solsticio. Desde el norte del país muchxs indígenas y mestizxs llegan a Quito zapateando, haciendo sonar la tierra, danzando, simulando los movimientos cósmicos circulares de traslación y rotación, cantando al sol, y tocando instrumentos como tambores y flautas. Es una manifestación de júbilo y lucha, también de indignación y de dignidad. El Inti Raymi marca un período de renovación, resistencia, y transformación. No se puede detener al sol. Asimismo, las ofrendas con fuego, humo sagrado, bebidas, flores, alimentos, semillas, y rezos a la Pachamama, actualizan la sacralidad de las luchas milenarias de todos los pueblos y nacionalidades del Abya Yala. Son acciones tan rituales como políticas. Estas marchas también involucran la toma de posesión de lugares y espacios a nivel territorial para reemplazar el orden establecido. La “toma de la capital” no es un acto vandálico, como los medios de comunicación dominantes han querido posicionar, sino la reapropiación de un territorio que ancestralmente les pertenece para hacer escuchar sus legítimas demandas que vienen desde hace más de cinco siglos. 

Un allanamiento ilegítimo

En el marco de la protesta nacional promovida por la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador, CONAIE, se produjo el allanamiento y la requisición de la Casa de las Culturas (CCE) por parte de la policía bajo el estado de excepción decretado por el presidente Guillermo Lasso. Esto constituye un claro atentado contra la autonomía de esta institución histórica, como garante de los derechos culturales en el país. Esta vulneración es aún más grave, tomando en cuenta que el ágora de la entidad ha sido lugar de acogida en anteriores protestas indígenas. El parque El Arbolito, ubicado al lado de la CCE, al que también fue prohibido el acceso, es considerado kurikancha, es decir, espacio de concentración sagrado. La CCE y sus inmediaciones son territorio protegido de los pueblos y las naciones indígenas, se trata de una zona de paz. Pero el gobierno, en esta coyuntura, lo ha querido transformar en cuartel. La  policía ha requisado con violencia esta institución, colocando en grave riesgo el patrimonio de todxs lxs ecuatorianxs y, a pesar de que se ha retraído la acción policial en su interior y se ha permitido a las comunidades su acceso, en los últimos días se realizó un brutal ataque con bombas lacrimógenas al interior de la misma y en su entorno, donde se encontraban niñxs, mujeres embarazadas, y ancianxs. Este es el acto más represivo y violento contra el movimiento indígena en la historia de la CCE, un acto dictatorial, de toma por parte de la policía, el Estado y las fuerzas oscuras de esta institución represora. El lugar de paz pasó a ser un lugar de ataque notoriamente asimétrico.  

Un paro que no para 

Los 10 puntos de las demandas de la CONAIE abordan aspectos fundamentales del sostenimiento digno de lxs ecuatorianxs que el gobierno neoliberal de Lasso ha desatendido: (1) reducción y congelamiento de los precios de los combustibles; (2) moratoria de las deudas en la banca pública, privada y cooperativa; (3) precios justos para los productos del campo; (4) mejoramiento del empleo y los derechos laborales; (5) no a la ampliación de la frontera extractiva minera o petrolera; (6) respeto a los derechos colectivos; (7) alto a la privatización de los sectores estratégicos; (8) políticas de control de la especulación sobre los productos de primera necesidad; (9) presupuesto urgente para salud y educación; (10) políticas efectivas para frenar la ola de violencia, crimen organizado y narcotráfico. 

A  las legítimas demandas del movimiento indígena del Ecuador se han sumado también los movimientos ecologistas, el movimiento de trabajadorxs, el movimiento feminista y  demás sectores sociales precarizados como lxs artistas, gestores culturales, y trabajadores de la cultura comprometidos con la justicia social. El contexto de estas demandas es histórico. Como ha recalcado Nina Pacari, dirigente kichwa histórica, no es algo coyuntural, sino que es parte de una lucha histórica, anterior al gobierno de Lasso, y evidencia varios asuntos pendientes de la protesta de octubre de 2019. 

El 25 de junio se realizó la marcha “Warmis x la paz y la justicia social”, que reunió a mujeres del campo y la ciudad. Feministas plurinacionales, diversas, internacionalistas, convocaron a esta gran acción en solidaridad por el pueblo ecuatoriano y en especial con las warmis de todos los pueblos y nacionalidades indígenas. Esta acción interpela nuestra noción de “paz” y nos hace preguntarnos: ¿Cómo entendemos la paz? ¿Paz para quienes y cómo? ¿Qué posibilidades y horizontes tiene la paz con justicia social? ¿Cómo acompañamos este proceso abierto de movilización?

En las calles, en las redes y en las plazas de todo el mundo

Desde la Red Conceptualismos del Sur, nos sumamos a la denuncia y al rechazo de la represión por parte del Estado y la criminalización de la protesta ciudadana por parte de medios de comunicación masivos, responsables, en gran parte, de reproducir y alentar el racismo encarnado en la población blanco-mestiza, y plegados acríticamente al discurso del gobierno. Mientras el gobierno de Lasso responde con violencia y vulneración de derechos, son cientos de detenciones, muchas personas seriamente heridas, al menos 5 personas asesinadas, y al menos 8 personas desaparecidas. Los medios amplifican la estigmatización de lxs manifestantes, haciendo que el movimiento indígena pase a ser identificado como terrorista. Al igual que en otros países, el racismo de las elites en Ecuador condena al movimiento indígena y lo tilda de vándalo mientras le exige silencio, sumisión y servicio. 

Hoy el pueblo de Ecuador vive una tensa calma, un escenario incierto, entre el paro nacional, la creciente represión policial y los intentos de diálogo. Nos parece ineludible sumarnos desde las calles, redes y plazas que habitamos para acompañar los zapateos de su resistencia. Hacemos un llamado a terminar con la represión estatal y a que el gobierno del Ecuador atienda de manera genuina y a cabalidad la demanda por la vida digna promovida por el movimiento indígena ecuatoriano. 

Nos solidarizamos con un llamamiento a la acción gráfica que multiplique fuerzas, trazos y complicidad transfronteriza. 

Para ello, y como hemos hecho en ocasiones previas (como ante la revuelta chilena, el paro nacional en Colombia, el golpe de Estado en Bolivia), convocamos a artistas y productores gráficos de cualquier parte del mundo a enviar sus producciones gráficas digitales (en cualquier técnica) para que puedan manifestar su solidaridad con el movimiento indígena ecuatoriano y llamen a detener la represión estatal. Es urgente. ¡Sus vidas importan! ¡Sus vidas son parte de nuestras vidas!

La campaña gráfica por Ecuador comienza YA y se extiende hasta el 15 de julio de 2022.

Se pueden enviar aportaciones a redcsur@gmail.com, Serán compartidas en la página de la RedCSur

#noalracismo #paronacionalecuador #noalamasacre #ParoNacionalEc2022 #Shunkuyay #kichwa #runa #ParoNacional #pensemoscolectivamente #CulturaEnResistencia #FeministasEnParo #ParenLaMasacre #NoEsGuerraEsTerrorismodeEstado #NosEstanMatando

Videos

Comunicados

Giro gráfico. Video

Esta exposición es fruto de un largo proceso de investigación colectiva llevada a cabo por la Red de Conceptualismos del Sur en colaboración con el Museo Reina Sofía. La muestra propone un recorrido por las iniciativas gráficas que, desde la década de 1960 y hasta la actualidad, han confrontado contextos de urgencias políticamente opresivos en América Latina, articulando estrategias de transformación y de resistencia que cambiaron radicalmente los modos de hacer, su forma de establecer vínculos intersubjetivos, de construir comunidades e, incluso, la propia circulación de los soportes gráficos.

Es posible revisar el video acá

Encuentro internacional sobre Giro gráfico. Acción gráfica, revueltas y antifascismos

A partir de Giro gráfico. Como en el muro la hiedra, exposición colectiva resultado de un largo proceso de investigación impulsado por la Red Conceptualismos del Sur, se programa este encuentro internacional que convoca a investigadores, artistas y activistas, buscando propiciar intercambios para examinar el arte y la acción gráfica política en Latinoamérica, tanto en su historia reciente como en un presente caracterizado por el retorno de los autoritarismos y la pérdida de libertades civiles.

Este encuentro pone en común distintas herramientas y tácticas de acción gráfica callejera —entendiendo la gráfica en un sentido expandido o, mejor, estallado— que incluye iniciativas que van desde el bordado colectivo al ejercicio cartográfico. El programa se compone de mesas de debate temáticas que amplifican los conceptos curatoriales de la muestra y crean una composición transversal entre artistas, curadores, investigadores y activistas, con el fin de compartir diversas herramientas gráficas y tácticas de diseminación y ocupación de las calles.

Este diálogo pretende encontrar coincidencias o afinidades entre ciclos históricos y la actualidad, pero también tensiones y latencias. La gráfica —como la hiedra en el estribillo de la conocida canción “Volver a los diecisiete”de la cantautora chilena Violeta Parra— crece en los muros y brota una y otra vez, igual que la vida.

El programa completo es posible escucharlo acá

Programa

Miércoles 18 de mayo, 2022

10:30 h Presentación
—A cargo de Ana Longoni y Mabel Tapia, con la intervención en vídeo de la Cooperativa Gráfica La Voz de la Mujer

11:00 – 14:00 h Memorias intempestivas
Mesa redonda

Hablar de memorias en el marco de la práctica gráfica señala una genealogía de las relaciones entre arte y política, compuesta por acciones gráficas provenientes de diferentes épocas y lugares. Lo intempestivo puede entenderse como lo que irrumpe en el tiempo para subvertir el orden de la vida. Ciertas acciones gráficas pueden ser tomadas como señales de una temporalidad invertida o dislocada. De forma intempestiva, establecen un diálogo entre experiencias y saberes, creando nuevas relaciones y sentidos entre el presente, los ecos pasados y los impulsos hacia el porvenir.

Coordina: Sol Henaro
Participan: Sebastián Alonso Bessonart, Hugo Giménez, Cristina Híjar, Fernando Miranda, Alberto Nanclares y Juan Pablo Pérez

16:30 – 18:30 h Acción gráfica: de la revolución a la represión
Mesa redonda

Las relaciones de l+s intelectuales con la política y su participación activa en procesos colectivos de transformación de la realidad social, a través de la vía revolucionaria, ha devenido históricamente en un campo de tensiones: desde el entusiasmo, la solidaridad y el compromiso militante al ulterior desencanto ante la persecución y represión del pensamiento crítico por parte del Estado y el ejercicio de la violencia política sobre los cuerpos, todo ello reflejado en la producción simbólica. Son disputas cíclicas en las historias de Latinoamérica que se dan desde la Revolución cubana en adelante. Esta mesa redonda pone en diálogo el lugar oscilante y complejo de la acción gráfica en Cuba y Nicaragua.

Coordina: Suset Sánchez Sánchez
Participan: Carolina Barrero y Yanelys Núñez Leyva

18:30 – 20:30 h Ni verdaderas ni falsas
Performance y conversación

Desde 2013 la artista y activista argentina Mariela Scafati viene realizando la performance Ni verdaderas ni falsas, en la que propone un ejercicio de memoria que revisita los últimos veinte años de su comprometida práctica en el activismo serigráfico, con la cual ha sido impulsora de iniciativas colectivas como el Taller Popular de Serigrafía y Serigrafistas Queer. Después de la performance, Scafati conversa sobre este recorrido (y las operaciones poéticas con que lo invoca) con la artista y comisaria Guillermina Mongan, quien ha acompañado y escrito sobre esta acción.

Participan: Guillermina Mongan y Mariela Scafati

Jueves 19 de mayo, 2022

11:00 – 14:00 h Cuerpos gráficos: matrices para una coreografía callejera
Mesa redonda

Las prácticas gráficas callejeras no pueden pensarse al margen de los cuerpos que las imprimen y las portan.Nada más frágil que una matriz de cartón que será utilizada una y otra vez para marcar un muro o cualquier superficie, una camiseta o la propia piel como soporte que multiplicará su imagen. Cuerpos gráficos trazan en las calles sus coreografías polifónicas y parlantes.

Coordina: Sylvia Suárez
Participan: Clara Albinati, Gonzalo Castro-Colimil, Elva Peniche Monfort y Paulina E. Varas

16:00 – 18.30 h Pasafronteras: prácticas colectivas y reinvención de lo político
Mesa redonda

La noción de gráfica pasafronteras remite a los saberes y cuerpos en resistencia que cruzan las fronteras (no solo las fronteras geopolíticas, también entre saberes) con la desobediencia de pasos sucesivos y la potencia de un caminar colectivo, mientras tejen alianzas, hacen frente a la precarización de la vida e hilvanan memorias indóciles, aún a la intemperie.

Coordina: André Mesquita
Participan: Carlos Henríquez Consalvi, colectivo Todo por la praxis, Javier del Olmo y César Valencia

19:00 – 21:00 h Activismos gráficos antifascistas en tiempo presente
Asamblea

Este foro asambleario propone poner en diálogo distintas experiencias contemporáneas de gráficas antifascistas y antipatriarcales, modos de hacer (visuales y performáticos) en el espacio público que confrontan con un orden cada vez más excluyente y violento. A partir de las intervenciones breves de seis artistas activistas, provenientes de distintos contextos, se crea un espacio para compartir estas experiencias entre investigadores, artistas y activistas participantes en el proyecto colectivo Giro gráfico —así como entre distintos colectivos y activistas locales y latinoamericanos— para imaginar modos de compartir saberes y tejer redes de colaboración.

Coordina: Ana Longoni
Participan: Eden Bastida, David Feldman, Natalia Iguiñiz Boggio, Jay Lynn Gómez y Hugo Vidal

Colaboran

Embajada de México en España
Diplomacia Cultural de México
Instituto Cultural de México en España
hablarenarte

Participantes

Clara Albinati (Brasil) es profesora en la Pontifícia Universidade Católica de Minas Gerais, en Belo Horizonte. Forma parte de la Red Conceptualismos del Sur y trabaja como investigadora y cineasta independiente.

Sebastián Alonso Bessonart (Uruguay) es profesor en la Universidad de la República de Uruguay, en Montevideo. Enfocado en las prácticas artísticas y curatoriales contemporáneas, coordina el Proyecto CasaMario y ha participado en diversas bienales y exposiciones internacionales.

Carolina Barrero (Cuba) es historiadora del arte, curadora y activista. Ha trabajado en diversas instituciones y galerías de arte, y ha promovido acciones de resistencia cívica y pacífica vinculadas al grupo 27N y al Movimiento San Isidro.

Edén Bastida (México) es artista visual y doctor en Teoría e Historia de las Artes por la Universidad de Buenos Aires, destacando su investigación sobre el cine zapatista en la clandestinidad.

Gonzalo Castro-Colimil (Chile) es artista y agitador cultural. Ha fundado la Coordinadora de Operaciones Artísticas (COA) y es director de la residencia y circuito de experiencia territorial ËFA Txawün.

Javier del Olmo (Argentina) es arquitecto y artista multidisciplinar. Es miembro cofundador de los colectivos de arte-acción XI Ventanas (1996-2003), Mínimo9 (2000-2003), Arde! (2001-2012) y Artistas Solidarios (2013-2018).

David Feldman (Estados Unidos)es cineasta, editor y fotógrafo. Entre sus trabajos destaca el documental Los Olvidados. The Forgotten (2014) sobre la instalación del mural de Jay Lynn Gómez en homenaje a los migrantes fallecidos intentando cruzar la frontera entre México y Estados Unidos.

Hugo Giménez (Paraguay) es cineasta. Fue ganador del IV DOCTV Latinoamérica con Fuera de campo. Su película Matar a un muerto fue representante de Paraguay en los Premios Goya y los Premios Óscar 2021, y ese mismo año también fue nominada a mejor ópera prima de ficción iberoamericana en los Premios Platino.

Sol Henaro (México) es investigadora y curadora. Su campo de especialización es la historiografía crítica de prácticas artísticas de 1980 a la actualidad. Desde 2010 forma parte de la Red Conceptualismos del Sur y desde 2015 es curadora de Acervo Documental y responsable del Centro de Documentación Arkheia del Museo Universitario Arte Contemporáneo (MUAC) de México.

Carlos Henríquez Consalvi (Venezuela) es director del Museo de la Palabra y la Imagen de El Salvador, además de fundador de Radio Venceremos y comisario de exposiciones sobre memoria histórica, cultura e identidad. También ha sido reconocido con el premio internacional Prince Claus de Cultura y Desarrollo.

Cristina Híjar (México) es profesora de las áreas de comunicación y política e investigadora de artes visuales. Pertenece al grupo de trabajo Arte y política del Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (CLACSO) y al Colectivo Híjar, dedicado a acciones estético-políticas por la memoria histórica.

Natalia Iguiñiz Boggio (Perú) es artista visual, docente universitaria, activista feminista y mamá. Su trabajo explora la construcción de discursos en torno a las concepciones de lo femenino, la sexualidad, el trabajo doméstico y la maternidad, así como la memoria histórica y la colonialidad del poder.

Ana Longoni (Argentina) es escritora e investigadora del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas de Argentina (CONICET), donde explora los cruces entre arte y política en Latinoamérica. También es impulsora, desde su fundación, de la Red Conceptualismos del Sur. Entre 2018 y 2021 fue directora de Actividades Públicas del Museo Reina Sofía.

Jay Lynn Gómez (Estados Unidos) es artista. Su trabajo se enfoca en dar voz a la comunidad migrante de California y visibilizar sus condiciones de trabajo. Su obra ha sido expuesta en instituciones como la National Portrait Gallery del Smithsonian Institution (Washington D.C.) o el Museum of Latin American Art (MOLAA, Long Beach, California).

André Mesquita (Brasil) es investigador y doctor en Historia Social. Investiga las articulaciones entre arte, política y activismo. Además, es curador en el Museu de Arte de São Paulo Assis Chateaubriand (MASP) y miembro de la Red Conceptualismos del Sur.

Fernando Miranda (Uruguay) es profesor e investigador en la Universidad de la República de Uruguay, en Montevideo. En la actualidad coordina el Núcleo de Investigación en Cultura Visual, Educación y Construcción de Identidad en el Instituto de Bellas Artes de la misma universidad.

Guillermina Mongan (Argentina)es historiadora del arte, docente, investigadora, comisaria y artista. Integrante de la Red Conceptualismos del Sur, el colectivo Frente Sudaka, Serigrafistas Queer —donde también coordina su archivo ASK— y Cromoactivismo.

Alberto Nanclares (España) es artista visual, activista urbano, arquitecto y DJ. Fue impulsor del Movimiento de Liberación Gráfica de Madrid y, desde 2001, es miembro fundador del colectivo Basurama.

Yanelys Núñez Leyva (Cuba) es comisaria y activista feminista. Es miembro del Movimiento San Isidro y cofundadora de la plataforma cultural Museo de la Disidencia en Cuba (MDC).

Elva Peniche Monfort (México) es investigadora, docente, comisaria y gestora de archivos. Sus intereses abarcan los cruces entre el archivo, la fotografía y las prácticas artísticas latinoamericanas de la segunda mitad del siglo XX.

Juan Pablo Pérez (Argentina) es docente, artista y curador. Coordina el Departamento de Ideas Visuales del Centro Cultural de la Cooperación “Floreal Gorini”, forma parte de la Red Conceptualismos del Sur y participó en el archivo-muestra Resistencias Tipográficas.

Suset Sánchez Sánchez (Cuba) es comisaria, crítica de arte e investigadora. Ha sido becaria de Investigación en el Departamento de Exposiciones del Museo Reina Sofía y de la Real Academia de España en Roma, además de comisaria del programa de actividades de Intermediæ en Matadero Madrid.

Mariela Scafati (Argentina) es artista. Su obra experimenta con la abstracción geométrica, el diseño moderno, la performance y los medios alternativos. Es integrante de Serigrafistas Queer y Cromoactivismo. Entre sus muestras destacan ¡Teléfono! En diálogo con Lidy Prati (Centro Cultural Borges, 2009) y Handcuff Secrets (estand de Isla Flotante en Art Basel Miami, 2017).

Sylvia Suárez (Colombia) es profesora del Departamento de Artes Visuales de la Pontificia Universidad Javeriana de Bogotá, comisaria e historiadora del arte. Es miembro del grupo de investigación Taller Historia Crítica del Arte y de la Red Conceptualismos del Sur.

Mabel Tapia (Argentina) es subdirectora artística del Museo Reina Sofía.

Todo por la praxis es un colectivo artístico integrado por la artista visual, investigadora y educadora Jo Muñoz (Chile) y el arquitecto y artista Diego Peris López (España). Sus intereses ponen el foco en las disidencias como formas políticas de resistencia capaces de construir otros imaginarios posibles.

César Valencia (Chile)es artista visual. Fue miembro del colectivo Piñen, Asociación ilícita (2010-2018) y desarrolla el archivo gráfico Producción gráfica medicina emocional.

Paulina E. Varas (Chile) es académica e investigadora asociada de la Universidad Andrés Bello de Santiago de Chile. Actualmente desarrolla el proyecto Arte, política y mujeres de Chile, una genealogía de/para/con el cuerpo social y subjetivo con apoyo de la Agencia Nacional de Investigación y Desarrollo de Chile.

Hugo Vidal (Argentina) es artista visual. Sus trabajos enfocados en arte político y activismo han sido incluidos en proyectos como el seminario VIII Encuentro de museos de Europa e Iberoamérica. Retrazando redes (Museo Reina Sofía y ARCOmadrid, 2019) o el archivo-muestra Resistencias Tipográficas (Centro Cultural de la Cooperación “Floreal Gorini”, 2015), entre otros.

GIRO GRÁFICO. Como en el muro la hiedra

Giro gráfico. Como en el muro la hiedra es fruto de un largo proceso de investigación colectiva llevada a cabo por la Red de Conceptualismos del Sur en colaboración con el Museo Reina Sofía. La exposición propone un recorrido por las iniciativas gráficas que, desde la década de 1960 y hasta la actualidad, han confrontado contextos de urgencias políticamente opresivos en América Latina, articulando estrategias de transformación y de resistencia que cambiaron radicalmente los modos de hacer, su forma de establecer vínculos intersubjetivos, de construir comunidades e, incluso, la propia circulación de los soportes gráficos.

Con el objetivo de indagar en cómo estos procedimientos colectivos visibilizaron las diferentes demandas sociales, la exposición reúne una amplia selección de esos materiales y consignas de rápida y eficaz circulación fuera del campo del arte, de diversas procedencias y latitudes, que tienen en común tanto la precariedad de los componentes y de los medios, como su potencial gráfico y de distribución que los activa como revulsivos revolucionarios. En este sentido, movimientos pro derechos indígenas, luchas por la memoria de las víctimas de las dictaduras en Chile, Argentina, Perú o Uruguay, activismos queer o feminismos, se entrecruzan y se alzan como productores de carteles y pancartas, camisetas, intervenciones en el espacio urbano, performances o acciones callejeras, que conforman un complejo conjunto de experiencias atravesadas por lazos de solidaridad, afinidad e influencia entre los diversos países tratados. Así, la muestra entiende la noción de gráfica en un sentido expandido y la idea de giro como revuelta, desafío al poder e inversión de lo dado. Desde espacios de conversación, consultivos y deliberativos se atiende a los vínculos entre arte y política impulsados por colectivos —tales como AIDA, Alvorada, Cromoactivismo, Fugitivas del Desierto, Iconoclasistas, La Voz de la Mujer, entre otros— y artistas, a veces reconocidos como Julio Le Parc o Luis Felipe Noé, y otras veces anónimos, muestra inexorable de la manifestación popular.

Anteriormente, esta línea de investigación colaborativa mostró sus resultados en la exposición Perder la forma humana. Una imagen sísmica de los años ochenta en América Latina, celebrada del 26 octubre de 2012 al 11 de marzo de 2013, así como en la serie de talleres que formaron parte del programa Estallidos gráficos de 2020, en el Museo Reina Sofía.

Los casos de estudio analizados en esta ocasión, dentro y fuera del continente americano, evidencian la amplia variedad de herramientas de acción gráfica que conectan modos de reivindicación y disidencia a nivel internacional. En curso o recientes, estos procesos miran hacia otros movimientos de las décadas precedentes de los que se nutren, como si fuesen episodios interconectados. Este diálogo pretende encontrar no solo coincidencias o afinidades entre ciclos históricos sino también tensiones, latencias y transformaciones en las prácticas gráficas.

Frente a los materiales gráficos de la vanguardia asociados a la idea de socialización del arte, el presente da cuenta de la redefinición del arte gráfico desde la práctica política, mediante estrategias de agencia que comprenden su inserción en circuitos ideológicos, la generación de relatos contrahegemónicos y decoloniales, la transformación del espacio público, el uso de diversas temporalidades —la inmediatez de la protesta callejera y el tiempo dilatado de la elaboración de un tejido o un bordado— así como su capacidad para generar comunidades de resistencia colectiva que traspasan fronteras geopolíticas, sociales e institucionales.

Como en el muro la hiedra hace referencia a un verso de la canción “Volver a los diecisiete” de la cantautora chilena Violeta Parra, que ha inspirado esta investigación. La gráfica crece en los muros y, como la hiedra, siempre vuelve a brotar porque, en este tiempo cíclico, las cosas no pasaron, siguen pasando, atravesando y conmoviendo.

Organización: Museo Reina Sofía

Comisariado: Red Conceptualismos del Sur

Equipo coordinador Red Conceptualismos del Sur: Ana Longoni (Argentina), Tamara Díaz (Cuba), André Mesquita (Brasil), Guillermina Mongan (Argentina) y Sylvia Suárez (Colombia)

Investigadores: Lucía Cañada, Fernanda Carvajal, Fernando Davis, Guillermina Mongan y Juan Pablo Pérez (Argentina); Clara Albinati, María Angélica Melendi y André Mesquita (Brasil); Nicole Cristi, Javiera Manzi y Paulina Varas (Chile); Tamara Díaz y Suset Sánchez (Cuba); Oscura Díaz y Sylvia Suárez (Colombia); Jesús Barraza y Josh MacPhee (EE.UU.); Carlos Henríquez Consalvi (El Salvador); Sol Henaro, Cristina Hijar, Elva Peniche y Annabela Tournon (México); Raúl Quintanilla (Nicaragua); Damián Cabrera (Paraguay); Moira Cristiá (París); Rodrigo Quijano y Rosanna del Solar (Perú); Miguel Piccini (República Dominicana), y Sebastián Alonso, Fernando Miranda, Gabriel Peluffo y Gonzalo Vicci (Uruguay).

Itinerancia: Museo Universitario Arte Contemporáneo de la Universidad Nacional Autónoma de México (MUAC), Ciudad de México (noviembre, 2022 – julio, 2023)

Con el apoyo de: Embajada de la República Argentina

ACTIVIDAD: Encuentro internacional sobre Giro gráfico. Miércoles 18 y jueves 19 de mayo

Acción gráfica, revueltas y antifascismos

A partir de Giro gráfico. Como en el muro la hiedra, exposición colectiva resultado de un largo proceso de investigación impulsado por la Red Conceptualismos del Sur, se programa este encuentro internacional que convoca a investigadores, artistas y activistas, buscando propiciar intercambios para examinar el arte y la acción gráfica política en Latinoamérica, tanto en su historia reciente como en un presente caracterizado por el retorno de los autoritarismos y la pérdida de libertades civiles.

Este encuentro pone en común distintas herramientas y tácticas de acción gráfica callejera —entendiendo la gráfica en un sentido expandido o, mejor, estallado— que incluye iniciativas que van desde el bordado colectivo al ejercicio cartográfico. El programa se compone de mesas de debate temáticas que amplifican los conceptos curatoriales de la muestra y crean una composición transversal entre artistas, curadores, investigadores y activistas, con el fin de compartir diversas herramientas gráficas y tácticas de diseminación y ocupación de las calles.

Este diálogo pretende encontrar coincidencias o afinidades entre ciclos históricos y la actualidad, pero también tensiones y latencias. La gráfica —como la hiedra en el estribillo de la conocida canción “Volver a los diecisiete” de la cantautora chilena Violeta Parra— crece en los muros y brota una y otra vez, igual que la vida.

Programa

Miércoles 18 de mayo, 2022

10:30 h Presentación
—A cargo de Ana Longoni y Mabel Tapia, con la intervención en vídeo de la Cooperativa Gráfica La Voz de la Mujer

11:00 – 14:00 h Memorias intempestivas
Mesa redonda

Hablar de memorias en el marco de la práctica gráfica señala una genealogía de las relaciones entre arte y política, compuesta por acciones gráficas provenientes de diferentes épocas y lugares. Lo intempestivo puede entenderse como lo que irrumpe en el tiempo para subvertir el orden de la vida. Ciertas acciones gráficas pueden ser tomadas como señales de una temporalidad invertida o dislocada. De forma intempestiva, establecen un diálogo entre experiencias y saberes, creando nuevas relaciones y sentidos entre el presente, los ecos pasados y los impulsos hacia el porvenir.

Coordina: Sol Henaro
Participan: Sebastián Alonso Bessonart, Hugo Giménez, Cristina Híjar, Fernando Miranda, Alberto Nanclares y Juan Pablo Pérez

16:30 – 18:30 h Acción gráfica: de la revolución a la represión
Mesa redonda

Las relaciones de l+s intelectuales con la política y su participación activa en procesos colectivos de transformación de la realidad social, a través de la vía revolucionaria, ha devenido históricamente en un campo de tensiones: desde el entusiasmo, la solidaridad y el compromiso militante al ulterior desencanto ante la persecución y represión del pensamiento crítico por parte del Estado y el ejercicio de la violencia política sobre los cuerpos, todo ello reflejado en la producción simbólica. Son disputas cíclicas en las historias de Latinoamérica que se dan desde la Revolución cubana en adelante. Esta mesa redonda pone en diálogo el lugar oscilante y complejo de la acción gráfica en Cuba y Nicaragua.

Coordina: Suset Sánchez Sánchez
Participan: Carolina Barrero y Yanelys Núñez Leyva

18:30 – 20:30 h Ni verdaderas ni falsas
Performance y conversación

Desde 2013 la artista y activista argentina Mariela Scafati viene realizando la performance Ni verdaderas ni falsas, en la que propone un ejercicio de memoria que revisita los últimos veinte años de su comprometida práctica en el activismo serigráfico, con la cual ha sido impulsora de iniciativas colectivas como el Taller Popular de Serigrafía y Serigrafistas Queer. Después de la performance, Scafati conversa sobre este recorrido (y las operaciones poéticas con que lo invoca) con la artista y comisaria Guillermina Mongan, quien ha acompañado y escrito sobre esta acción.

Participan: Guillermina Mongan y Mariela Scafati

Jueves 19 de mayo, 2022

11:00 – 14:00 h Cuerpos gráficos: matrices para una coreografía callejera
Mesa redonda

Las prácticas gráficas callejeras no pueden pensarse al margen de los cuerpos que las imprimen y las portan.Nada más frágil que una matriz de cartón que será utilizada una y otra vez para marcar un muro o cualquier superficie, una camiseta o la propia piel como soporte que multiplicará su imagen. Cuerpos gráficos trazan en las calles sus coreografías polifónicas y parlantes.

Coordina: Sylvia Suárez
Participan: Clara Albinati, Gonzalo Castro-Colimil, Tina Paterson, Elva Peniche Monfort y Paulina E. Varas

16:00 – 18.30 h Pasafronteras: prácticas colectivas y reinvención de lo político
Mesa redonda

La noción de gráfica pasafronteras remite a los saberes y cuerpos en resistencia que cruzan las fronteras (no solo las fronteras geopolíticas, también entre saberes) con la desobediencia de pasos sucesivos y la potencia de un caminar colectivo, mientras tejen alianzas, hacen frente a la precarización de la vida e hilvanan memorias indóciles, aún a la intemperie.

Coordina: André Mesquita
Participan: Carlos Henríquez Consalvi, colectivo Todo por la praxis, Javier del Olmo y César Valencia

19:00 – 21:00 h Activismos gráficos antifascistas en tiempo presente
Asamblea

Este foro asambleario propone poner en diálogo distintas experiencias contemporáneas de gráficas antifascistas y antipatriarcales, modos de hacer (visuales y performáticos) en el espacio público que confrontan con un orden cada vez más excluyente y violento. A partir de las intervenciones breves de seis artistas activistas, provenientes de distintos contextos, se crea un espacio para compartir estas experiencias entre investigadores, artistas y activistas participantes en el proyecto colectivo Giro gráfico —así como entre distintos colectivos y activistas locales y latinoamericanos— para imaginar modos de compartir saberes y tejer redes de colaboración.

Coordina: Ana Longoni
Participan: Eden Bastida, David Feldman, Natalia Iguiñiz Boggio, Jay Lynn Gómez y Hugo Vidal

Participantes

Clara Albinati (Brasil) es profesora en la Pontifícia Universidade Católica de Minas Gerais, en Belo Horizonte. Forma parte de la Red Conceptualismos del Sur y trabaja como investigadora y cineasta independiente.

Sebastián Alonso Bessonart (Uruguay) es profesor en la Universidad de la República de Uruguay, en Montevideo. Enfocado en las prácticas artísticas y curatoriales contemporáneas, coordina el Proyecto CasaMario y ha participado en diversas bienales y exposiciones internacionales.

Carolina Barrero (Cuba) es historiadora del arte, curadora y activista. Ha trabajado en diversas instituciones y galerías de arte, y ha promovido acciones de resistencia cívica y pacífica vinculadas al grupo 27N y al Movimiento San Isidro.

Edén Bastida (México) es artista visual y doctor en Teoría e Historia de las Artes por la Universidad de Buenos Aires, destacando su investigación sobre el cine zapatista en la clandestinidad.

Gonzalo Castro-Colimil (Chile) es artista y agitador cultural. Ha fundado la Coordinadora de Operaciones Artísticas (COA) y es director de la residencia y circuito de experiencia territorial ËFA Txawün.

Javier del Olmo (Argentina) es arquitecto y artista multidisciplinar. Es miembro cofundador de los colectivos de arte-acción XI Ventanas (1996-2003), Mínimo9 (2000-2003), Arde! (2001-2012) y Artistas Solidarios (2013-2018).

David Feldman (Estados Unidos)es cineasta, editor y fotógrafo. Entre sus trabajos destaca el documental Los Olvidados. The Forgotten (2014) sobre la instalación del mural de Jay Lynn Gómez en homenaje a los migrantes fallecidos intentando cruzar la frontera entre México y Estados Unidos.

Hugo Giménez (Paraguay) es cineasta. Fue ganador del IV DOCTV Latinoamérica con Fuera de campo. Su película Matar a un muerto fue representante de Paraguay en los Premios Goya y los Premios Óscar 2021, y ese mismo año también fue nominada a mejor ópera prima de ficción iberoamericana en los Premios Platino.

Sol Henaro (México) es investigadora y curadora. Su campo de especialización es la historiografía crítica de prácticas artísticas de 1980 a la actualidad. Desde 2010 forma parte de la Red Conceptualismos del Sur y desde 2015 es curadora de Acervo Documental y responsable del Centro de Documentación Arkheia del Museo Universitario Arte Contemporáneo (MUAC) de México.

Carlos Henríquez Consalvi (Venezuela) es director del Museo de la Palabra y la Imagen de El Salvador, además de fundador de Radio Venceremos y comisario de exposiciones sobre memoria histórica, cultura e identidad. También ha sido reconocido con el premio internacional Prince Claus de Cultura y Desarrollo.

Cristina Híjar (México) es profesora de las áreas de comunicación y política e investigadora de artes visuales. Pertenece al grupo de trabajo Arte y política del Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (CLACSO) y al Colectivo Híjar, dedicado a acciones estético-políticas por la memoria histórica.

Natalia Iguiñiz Boggio (Perú) es artista visual, docente universitaria, activista feminista y mamá. Su trabajo explora la construcción de discursos en torno a las concepciones de lo femenino, la sexualidad, el trabajo doméstico y la maternidad, así como la memoria histórica y la colonialidad del poder.

Ana Longoni (Argentina) es escritora e investigadora del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas de Argentina (CONICET), donde explora los cruces entre arte y política en Latinoamérica. También es impulsora, desde su fundación, de la Red Conceptualismos del Sur. Entre 2018 y 2021 fue directora de Actividades Públicas del Museo Reina Sofía.

Jay Lynn Gómez (Estados Unidos) es artista. Su trabajo se enfoca en dar voz a la comunidad migrante de California y visibilizar sus condiciones de trabajo. Su obra ha sido expuesta en instituciones como la National Portrait Gallery del Smithsonian Institution (Washington D.C.) o el Museum of Latin American Art (MOLAA, Long Beach, California).

André Mesquita (Brasil) es investigador y doctor en Historia Social. Investiga las articulaciones entre arte, política y activismo. Además, es conservador en el Museu de Arte de São Paulo Assis Chateaubriand (MASP) y miembro de la Red Conceptualismos del Sur.

Fernando Miranda (Uruguay) es profesor e investigador en la Universidad de la República de Uruguay, en Montevideo. En la actualidad coordina el Núcleo de Investigación en Cultura Visual, Educación y Construcción de Identidad en el Instituto de Bellas Artes de la misma universidad.

Guillermina Mongan (Argentina)es historiadora del arte, docente, investigadora, comisaria y artista. Integrante de la Red Conceptualismos del Sur, el colectivo Frente Sudaka, Serigrafistas Queer —donde también coordina su archivo ASK— y Cromoactivismo.

Alberto Nanclares (España) es artista visual, activista urbano, arquitecto y DJ. Fue impulsor del Movimiento de Liberación Gráfica de Madrid y, desde 2001, es miembro fundador del colectivo Basurama.

Yanelys Núñez Leyva (Cuba) es comisaria y activista feminista. Es miembro del Movimiento San Isidro y cofundadora de la plataforma cultural Museo de la Disidencia en Cuba (MDC).

Tina Paterson (David Rodríguez, España) es artista multidisciplinar. Su trabajo se centra en proyectos de creación colectiva y en articular redes y comunidades que trabajan autónomamente. Ha participado en proyectos como YOMANGO, Bordergames, Pornolab o el Centro Social Autogestionado La Tabacalera de Lavapiés.

Elva Peniche Monfort (México) es investigadora, docente, comisaria y gestora de archivos. Sus intereses abarcan los cruces entre el archivo, la fotografía y las prácticas artísticas latinoamericanas de la segunda mitad del siglo XX.

Juan Pablo Pérez (Argentina) es docente, artista y curador. Coordina el Departamento de Ideas Visuales del Centro Cultural de la Cooperación “Floreal Gorini”, forma parte de la Red Conceptualismos del Sur y participó en el archivo-muestra Resistencias Tipográficas.

Suset Sánchez Sánchez (Cuba) es comisaria, crítica de arte e investigadora. Ha sido becaria de Investigación en el Departamento de Exposiciones del Museo Reina Sofía y de la Real Academia de España en Roma, además de comisaria del programa de actividades de Intermediæ en Matadero Madrid.

Mariela Scafati (Argentina) es artista. Su obra experimenta con la abstracción geométrica, el diseño moderno, la performance y los medios alternativos. Es integrante de Serigrafistas Queer y Cromoactivismo. Entre sus muestras destacan ¡Teléfono! En diálogo con Lidy Prati (Centro Cultural Borges, 2009) y Handcuff Secrets (estand de Isla Flotante en Art Basel Miami, 2017).

Sylvia Suárez (Colombia) es profesora del Departamento de Artes Visuales de la Pontificia Universidad Javeriana de Bogotá, comisaria e historiadora del arte. Es miembro del grupo de investigación Taller Historia Crítica del Arte y de la Red Conceptualismos del Sur.

Mabel Tapia (Argentina) es subdirectora artística del Museo Reina Sofía.

Todo por la praxis es un colectivo artístico integrado por la artista visual, investigadora y educadora Jo Muñoz (Chile) y el arquitecto y artista Diego Peris López (España). Sus intereses ponen el foco en las disidencias como formas políticas de resistencia capaces de construir otros imaginarios posibles.

César Valencia (Chile)es artista visual. Fue miembro del colectivo Piñen, Asociación ilícita (2010-2018) y desarrolla el archivo gráfico Producción gráfica medicina emocional.

Paulina E. Varas (Chile) es académica e investigadora asociada de la Universidad Andrés Bello de Santiago de Chile. Actualmente desarrolla el proyecto Arte, política y mujeres de Chile, una genealogía de/para/con el cuerpo social y subjetivo con apoyo de la Agencia Nacional de Investigación y Desarrollo de Chile.

Hugo Vidal (Argentina) es artista visual. Sus trabajos enfocados en arte político y activismo han sido incluidos en proyectos como el seminario VIII Encuentro de museos de Europa e Iberoamérica. Retrazando redes (Museo Reina Sofía y ARCOmadrid, 2019) o el archivo-muestra Resistencias Tipográficas (Centro Cultural de la Cooperación “Floreal Gorini”, 2015), entre otros.

Colaboran

Ministerio de Relaciones Exteriores, Embajada de México en España

Diplomacia Cultural de México, Dirección Ejecutiva

Instituto Cultural de México, España

Hablarenarte:

Lanzamiento Archivo Cira Moscarda

La RedCSur invita a la conferencia de lanzamiento del Archivo Cira Moscarda en archivosenuso.org. El lanzamiento se realizará el día martes 21 de diciembre a las 18:30 horas (Asunción, Paraguay), y contará con la participación de Lia Colombino (RedCSur), coordinadora del proyecto, Damián Cabrera (RedCSur) y Fernando Davis (RedCSur). El evento será transmitido a través del canal de YouTube de la RedCSur y su fanpage de Facebook. Asimismo, la presentación podrá ser acompañada desde redcsur.net

El archivo reúne documentos y manuscritos que pertenecieran a Cira Moscarda, docente y artista, y en el que también se guardan textos de quien fuera su alumno y amigo, el artista Alfredo Seppe. Datados en gran medida entre los años 1967 y 69, los documentos dan cuenta de episodios con escasa inscripción en la memoria de la escena artística en Paraguay. Abarcan aspectos biográficos de Moscarda, Seppe y otros personajes nucleares para la historia de las artes visuales en Paraguay, tales como Ricardo Migliorisi y Bernardo Krasniansky. Cartas, poemas, guiones teatrales, relatos, collages, manuscritos breves proliferan de forma catártica y lúdica en el archivo de Cira Moscarda, en fechas poco receptivas para la libertad de expresión y para la diferencia: el archivo ofrece otra imagen del Paraguay de los 60s, 70s y 80s, definida fundamentalmente en clave poética.

Archivos del Común IV. Archivos por/venir. E1/Mesa 3. Construcción comunitaria de archivos vitales


El miércoles 27 se realizó en el Museo Castagnino+Macro una mesa moderada por Graciela Carnevale (RedCSur) y Georgina Ricci (Macro) que involucró los proyectos Banco de Semillas Ñanderoga (presentado por Javier Couretot y Antonio Lattuca) y Sonidos de Rosario (de Adolfo «Corcho» Corts), ambos de Rosario, Argentina. La mesa propició una reflexión sobre la memoria y el modo en que ciertos sentidos, guardados por los archivos, son capaces de activar proliferaciones comunitarias.

Activación Llamamiento por una política común de archivos en Rosario

Seminario Archivos del Común IV: Archivos por/venir

En el marco de las Jornadas Archivos del Común IV, como parte de la programación de su eje 4 “Talleres activadores: herramientas tecnopolíticas para la sostenibilidad”, este lunes 25 de octubre entre las 18 y las 21 hrs convocamos a un conjunto de archivos institucionales y proyectos archivísticos autogestivos de la ciudad de Rosario. La intención era, en primer lugar, conocerse/escucharse y, en segundo lugar, discutir/activar el Llamamiento por una política común de archivos, para así pensar la propuesta de la RedCSur situadamente, poniéndola en tensión desde las problemáticas particulares de los archivos locales. Tras la presentación general, la dinámica cobró la forma de una asamblea o ronda de discusión en un espacio abierto, el Patio de los Cipreses del Centro Cultural Parque de España.

Participaron representantes de los siguientes archivos:

Fruto de los intercambios, en los que se identificaron una serie de problemáticas comunes y particulares, se acordó la necesidad de darle continuidad y regularidad al diálogo. Se decidió, en primer lugar, organizar un ciclo de visitas para conocer los archivos físicos y el modo que funcionan en sus espacios. En segundo lugar, además de firmar el llamamiento, se propuso la posibilidad de elaborar una declaración conjunta estableciendo el posicionamiento de estos archivos de la ciudad de Rosario. En tercer lugar, se propuso organizar reuniones de discusión en torno a distintos problemas (políticas de adquisición, conservación, sistemas de gestión de archivos, etc.). También se discutió acerca de proponer la creación de una carrera en archivística (terciaria o universitaria) ante la falta de formación específica en la ciudad de Rosario. Por último, se planteó la necesidad de pensar colectivamente modos de compartir y difundir el trabajo de estos archivos y las vulnerabilidades en las que se encuentran. Para continuar proponiendo temas de agenda común para próximos encuentros se propuso abrir un documento colaborativo.

La actividad fue registrada en audio para ponerla completa a disposición de lxs participantes. 

Si existieran otros archivos interesados a sumarse a esta iniciativa, pueden contactarnos a la siguiente dirección de mail: asambleadearchivosderosario@gmail.com

Archivos del Común IV: Archivos por/venir. E1/Mesa 2 Archivo vital

Seminario Archivos del Común IV: Archivos por/venir

Miércoles 27 de octubre 

Nos preguntamos cómo la vida marca todas los procesos de archivo, los atraviesas con sus condiciones cambiantes, desde el quehacer cotidiano. Pensábamos cómo éste quehacer marca los procesos de memoria construidos desde lo mínimo y lo acotado. Cómo la vida íntima que se narra a sí misma al describir el mundo, y cómo el paisaje político que un archivo muestra, se configura también mediante gestos biográficos.

¿Cómo la pandemia ha supuesto una fractura en los procesos de archivos, en el trabajo cotidiano en estos y su puesta en acceso? ¿Qué tipo de trabajos cotidianos implican la sostenibilidad y el mantenimiento de archivos? ¿De qué modo se articulan las relaciones íntimas que los sostienen?

La vitalidad de los archivos supone no solo una inversión en energías que sostengan sus programas y abriguen su materialidad con infraestructura –las formas de organización de la vida común que mantienen los archivos y sus dinámicas–, sino también los modos en que el archivo afecta a la propia vida, y se redefine por las relaciones con las políticas de la vida común.

Modera: Sara Buraya Boned, MeR Museo Reina Sofía

  • Migrant practices/ Knowledges/ Memory (NY): Ángeles Donoso Macaya y Carolina Saavedra
  • Archivo Cira Moscarda (Paraguay, online): Lia Colombino
  • MayDay Rooms (UK): Rosemary Alice Grennan-Coll

Lugar: MNCARS, Madrid I Hora: 17:00 Esp / 12:00 Chile-Arg / 10:00 Mex I Participación: Link para la participación del seminario por Zoom

Lanzamiento libro Archivos del Común III ¿Archivos inapropiables?

Archivos del común IV: Archivos por/venir

Martes 26 de octubre

Presentación libro Archivos del común III ¿Archivos Inapropiables?

Cuando hablamos de la coorganización de este seminario nos referimos a formas de colaboración que han ido adquiriendo una profunda complejidad de texturas; diálogos y procesos compartidos que difícilmente se traslucen al nombrar una alianza entre el Museo Reina Sofía y la RedCSur. Desde el año 2015 hasta la fecha, las complicidades y lazos de amistad han ido creciendo y multiplicando sus formas. En las tres versiones del seminario Archivos del Común hemos intentado reconsiderar las políticas de archivos desde la perspectiva de las relaciones sur-sur y, a la vez, abrir espacios a la discusión con archivos localizados en España

En el caso de esta tercera edición del seminario, nuestro deseo era añadir a la reflexión sobre lo común que venimos haciendo desde 2015, la posibilidad de lo inapropiable prefigurada en el seminario de 2017. La distancia que otorga la elaboración de un libro nos permitió ver con claridad cómo, a lo largo de las diferentes presentaciones y perspectivas, esa inquietud/problemática fue retomada, resignificada, profundizada y, en otros momentos, se fue desdibujando, metamorfoseando en nuevos nudos y problemas para la práctica, teoría y situación de los archivos hoy. El presente libro, cuya publicación se retrasó por la irrupción de la pandemia –y que al mismo tiempo nos ha permitido acompañarnos e intercambiar a la distancia los efectos cotidianos de la crisis sanitaria y política– asumió una estructura diferente a la del seminario. Reorganizamos los textos siguiendo el rastro de aquella primera brújula: ¿cómo va mutando la huella de lo inapropiable en las experiencias y reflexiones sobre los archivos que se reúnen en este libro?

Modera: Javiera Manzi A, RedCSur

  • Moira Cristiá, equipo editor RedCSur
  • Fernanda Carvajal, equipo editor RedCSur
  • Lucía Bianchi, equipo diseño RedCsur
  • Ramiro Álvarez, equipo diseño
  • Sara Buraya, MeR – Museo Reina Sofía
  • Sol Henaro, autora RedCSur

Hora: 19:00 Esp / 14:00 Chile – Arg / 12:00 Mex I Transmisión: Link para la participación del seminario por Zoom canal de Youtube la RedCSur 

// Presentan

Fernanda Carvajal es investigadora y docente. Magíster en Comunicación y Cultura y Doctora en Ciencias Sociales por la Universidad de Buenos Aires actualmente es investigadora posdoctoral del Instituto de Investigaciones Gino Germani-CONICET. Se ha especializado en los cruces entre arte, sexualidad y política en el Cono Sur a partir de la década del setenta. En 2009 se suma a la Red Conceptualismos del Sur. Forma parte del equipo curatorial de Perder la forma humana. Una imagen sísmica de los años ochenta en América Latina (Madrid 2012, Lima 2014, Buenos Aires 2014). Trabaja junto con Alejandro de la Fuente en la conformación del Archivo Yeguas del Apocalipsis.

Moira Cristiá es investigadora de CONICET en el Instituto de Investigaciones Gino Germani (Universidad de Buenos Aires), donde integra el Grupo de Estudio sobre Arte, Cultura y Política en la Argentina Reciente. Es Profesora en Historia por la Universidad Nacional de Rosario, y Magíster y Doctora en Historia y Civilizaciones por l’École des Hautes Études en Sciences Sociales de París. Es miembro de la Red de Conceptualismos del Sur desde 2016 y coordinó su nodo archivos (2018-2020). 

Sol Henaro es investigadora y curadora. Ha curado exposiciones en el Museo de Arte Moderno (Ciudad de México) y el Museo Universitario de Arte Contemporáneo (MUAC, Ciudad de México), entre otros. Desde 2010 forma parte de la Red Conceptualismos del Sur. Desde 2011 hasta mediados de 2015 fue Curadora del Acervo Artístico del MUAC, donde actualmente tiene el cargo de curadora de Acervo Documental y es responsable del Centro de Documentación Arkheia.

Sara Buraya Boned trabaja en el Departamento de Actividades Públicas del Museo Reina Sofía y desde 2013 viene acompañando de distintos modos programas culturales, actividades públicas y redes de colaboración desde la institución. Forma parte del área Museo en Red, donde su investigación y trabajo institucional están atravesados por la apuesta por los feminismos, las políticas de cuidado, la nueva institucionalidad, los comunes urbanos, el archivo y la memoria de los movimientos sociales. Es también coordinadora de la confederación europea de museos L’Internationale, miembro del consejo editorial de L’Internationale Online y forma parte del Institute of Radical Imagination.

Lucia Bianchi Artista visual y docente formada en la Universidad Nacional de las Artes (UNA). En sus prácticas artísticas incorpora diversas poéticas contemporáneas particularmente la gráfica. Le interesa especialmente trabajar de manera transdisciplinar y colectiva. Es miembro del grupo G.R.A.S.A. y Cuatro//// junto a Maldonado, Piffer y Vidal. Diseñó junto a Ramiro Álvarez el libro Archivos del común II – El archivo anómico, entre otras publicaciones. Desde 2018, es miembro de la Red Conceptualismos del Sur. Actualmente coordina el nodo publicaciones de la Editorial pasafronteras (RedCSur)

Ramiro Álvarez Diseñador Gráfico formado en la Universidad de Buenos Aires, especialista en Teoría del Diseño Comunicacional (FADU-UBA) donde se desempeña como Profesor Adjunto en la Carrera de Diseño Gráfico, en Morfología. En la Universidad Nacional de Avellaneda, como Profesor Asociado, en Morfología 1, Tecnicatura de Marcas y Envases. Participa de proyectos de extensión universitaria y de exposiciones artísticas colectivas con La Escofina. Diseñó  e ilustró junto a Lucía Bianchi el libro Archivos del Común II El archivo anómico, entre otras publicaciones