‘Estado de Alerta’ en Asterisco #9 ‘Ficciones de Archivo’ (Bogotá)

En la revista colombiana Asterisco 9 (Bogotá, 2010) se publicó la declaración ‘Estado de Alerta’ de la Red Conceptualismos del Sur, circulada por internet luego del incendio que afectó los archivos y las obras de Helio Oiticica en Rio de Janeiro. Asterisco #9 trata sobre el tema de archivos y tuvo tres números simultáneas con tres temas y carátulas distintas. La declaración de la RCS fue publicado en la edición Asterico #9 ‘Ficciones de Archivo’ (p. 60 y 61).

Se reproduce aquí el texto introductorio y un visor para ver online esa edición de la revista. Revisar también la web de Asterisco.
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Asterisco 9 / Rehacer el hecho / Ficciones de archivo / Archivo desclasificado
Año 2010
Ejemplares 1000
Participantes 36
Formato 21 x 28 cm
Archivos adicionales Documentos relacionados con algunos de los proyectos incluídos en A9

La operación resultaba a primera vista sencilla: hacer una revista que fuera literalmente eso: el resultado de una serie de revisiones, un juego con el nombre del soporte mismo. Este ejercicio, como en otras ediciones de Asterisco, permitiría concentrarnos en una operación antes que en un contenido, y editar una publicación que no ha sido premeditada ni resulta predecible.

A medida que las propuestas se juntaban, durante la edición de A9, se fue revelando una intersección entre los conceptos –revista– y –archivo–: un archivo revisa y una revista –como es obvio– también revisa. Durante el proceso surgieron preguntas sobre las políticas de inventario implicadas en un proyecto editorial: si el archivo se presenta como un sistema coherente que ejerce un efecto de verdad sobre el pasado, Asterisco 9 no pretende producir un archivo, ni hace una revisión de sucesos para revelarlos de manera lógica, sino que pone en relación indagaciones críticas sobre archivos y una mediación entre documentos, propuestas y registros.

La invención del archivo responde a la necesidad de fijar la memoria de manera ordenada asignándole un Estado determinado. Sin embargo, a medida que el archivo crece, aumenta con él la amenaza de su destrucción. Resulta oportuno lo que señala Suely Rolnik en Furor de archivo: la compulsión de archivar, cuando destaca el vínculo de las prácticas artísticas agrupadas bajo la denominación de “crítica institucional” con acontecimientos políticos brutales ocurridos durante los regímenes totalitaristas del cono sur. En Colombia este tipo de prácticas artísticas desbordan el margen histórico propuesto por Rolnik y la vulnerabilidad de los archivos se extiende hasta nuestros días. Así pues, el acto de desarchivar es asumido en varias propuestas como una impugnación a la censura, y el archivar como una forma de resistencia, o un acto de agencia política.

En torno al tema de la revisión se fueron armando tres ejes editoriales que mencionamos a continuación.

En Archivo desclasificado las propuestas indagan en aspectos concernientes al ámbito institucional del arte. Varias propuestas revisan la Historia del Arte como construcción sobre el pasado en el cual participan relaciones de poder, y las fracturas que en los supuestos “acuerdos comunes” esta historia representa. Los archivos son decodificados sin el ánimo de estructurar una nueva historia: revelan la dispersión del pasado y la arbitrariedad del estatuto de verdad de las fuentes. Así el chisme, la anécdota, la superstición y la publicidad son rescatados como textualidades significativas de la Historia.

Rehacer el hecho presenta propuestas que reconfiguran procesos anteriores, cuestionando el contexto en que inicialmente fueron creados. La estrategia de imitar, simular, hacer copia o apropiarse de una producción tiene implicaciones diferentes a la del regodeo puramente personal: por un lado cuestiona las jerarquías de las distintas plataformas de exhibición artística Ðla bienal, el salón, la feria, la galería privadaÐ así como el contexto en donde se generan; la posiblidad de acceso a las Ðobras de arteÐ; la discusión (aparentemente resuelta) entre los medios de representación y producción en el arte contemporáneo; y las fricciones que generan las distintas posibilidades de fabricar lo que entendemos por regional o local.

Ficiones de archivo rastrea algunos alcances que la memoria y el recuerdo pueden tener sobre el archivo, y se pregunta por la particular relación que suele construirse desde la condición subjetiva con los acervos públicos. Algunas propuestas parten de colecciones motivadas por el deseo de mostrar lo que ha sido invisibilizado en diferentes esferas, otras juegan con la construcción histórica como ficción. Varias propuestas elaboran colecciones como resultado de la obsesión por sacar del olvido pedazos de historia; o retoman las ruinas de archivos como fragmentos de realidades que han sido censuradas, olvidadas, quemadas o tergiversadas –colecciones que hablan de poseer algo único; la insistencia por alimentar el deseo de recordar–. A diferencia de las ediciones anteriores, en las que se mantenía una cierta autonomía en las propuestas participantes, en Asterisco 9 se incluyen documentos e imágenes adicionales para ampliar los contenidos de algunas de las propuestas, y establecer diálogos entre ellas, así como lazos entre una y otra revista. Teniendo en cuenta que Asterisco no maneja ningún tipo de publicidad, el comité editorial incluyó anuncios provenientes de distintas revistas colombianas en los que se han asociado productos de consumo con referencias y situaciones estereotipadas del mundo del arte.

Junto a este texto editorial presentamos un índice descriptivo del contenido de Asterisco 9, donde incluimos conexiones que sugieren lecturas transversales a los tres ejes temáticos y diversas formas de ver el arte como estrategias de inventariar, revisar, expandir, reinterpretar o incluso subvertir condiciones y escenarios.

El comité A9 es Nicolás Consuegra, Margarita García, Mónica Páez, Luisa Ungar y Jorge Sarmiento

Agradecimientos a Lorena Moya

Corrección de estilos: Claudia Rodríguez, Víctor Albarracín y María Villa

Estado de Alerta – Red Conceptualismos del Sur (portugués / inglés / francés)

Estado de Alerta (versión original en castellano aquí)

A perda irreparável de parte significativa do acervo de Hélio Oiticica que se encontrava sob a tutela da família do artista no Rio de Janeiro, preservada sob condições inadequadas de armazenamento e com seu acesso público limitado, revela uma problemática vivida por toda a América Latina concernente à arte, seu presente, seu passado, especialmente a memória da experiência de sua potência crítica. O alcance de tal problemática ultrapassa o terreno da arte e acaba contribuindo para o debilitamento da prática reflexiva, crítica e de pesquisa no continente.
Não por acaso, há alguns anos assistimos a um processo generalizado de canonização de arquivos e acervos de artistas, principalmente aqueles relativos à produção dos anos 1960-70 na América Latina, operação que os glamuriza e os torna estéreis. Uma das principias razões do interesse recente por esse período é o fato de que a força poético-política da arte começa a recuperar fôlego nos últimos anos, reconectando-se com este patrimônio, o resignificando e resignificando-se. Um movimento que havia sido brutalmente interrompido pela violência e pelos regimes ditatoriais que prepararam o terreno para a instalação do neoliberalismo nos anos 1990. Ora, no momento mesmo em que essa capacidade se reaviva – no bojo de um processo de elaboração e superação dos efeitos tóxicos do trauma –, ela é novamente interrompida. Agora com o requinte perverso e sedutor do mercado, sob a égide do capitalismo cultural, que opera de forma muito mais sutil do que os procedimentos grosseiros e explícitos da violência do Estado que imperou anteriormente em nossos países.
É neste contexto que os testemunhos materiais de tais práticas convertem-se numa espécie de botim cognitivo de uma guerra neo-colonial, amplamente disputado por museus, colecionadores e demais instituições que participam do capitalismo global de bens imateriais e suas formas atuais de produção de valor, tal como, em determinados casos, as famílias que custodiam as obras e seus direitos. Uma disputa que se dá antes mesmo que o que estava incubado nestas propostas artísticas tenha voltado a germinar. Um novo capítulo da história não tão pós-colonial quanto gostaríamos.
Destrucción del archivo Helio OiticicaO desaparecimento de um componente nevrálgico deste patrimônio da arte contemporânea, que a obra artística e teórica de Hélio Oiticica constitui incontestavelmente, impõe a urgência do enfrentamento deste estado de coisas que não pode ser mais adiado impunemente. Imprime-se a necessidade do fortalecimento de instâncias dialógicas e cooperativas entre agentes da sociedade implicados na promoção destas potências sensíveis, invocando instituições públicas e universitárias, sociedade civil, pesquisadores, artistas, etc. Sobretudo porque a conservação e a dinamização crítica destes patrimônios assinalam uma oportunidade privilegiada para imaginar permanentemente modos mais complexos e desafiantes de experimentar a cultura no presente.
As circunstancias atuais requerem uma resposta precisa e conjunta dos países da América Latina, em cooperação com instâncias, sujeitos e instituições que estejam autenticamente interessadas em articular políticas horizontais que contribuam para descolonizar as relações internacionais de propriedade em relação ao patrimônio e à experiência cultural dispersada historicamente no continente. É preciso reconhecer que os Ministérios da Cultura de diferentes países da América Latina têm se empenhado nos últimos anos em iniciativas relativas ao patrimônio imaterial; no entanto, ainda não se inseriu em tais dinâmicas os arquivos de arte. Este é um paradoxo que valeria a pena discutir, para avançarmos na tomada de consciência de que o patrimônio artístico não pode ser tratado como matéria supérflua na agenda política.
Destrucción del archivo Helio OiticicaIniciativas desta ordem teriam entre suas prioridades os seguintes objetivos: incentivar e apoiar políticas de investigação, mapeamento, divulgação e preservação dos documentos existentes, lembrando que estas são atividades políticas e não meramente acadêmicas ou profissionais; estudar mecanismos de gestão da preservação dos arquivos de artistas e da acessibilidade pública gratuita aos mesmos, (e no caso de práticas artísticas que não se reduzem ao objeto, mas envolvem a experiência como condição de sua realização, deve-se pensar em estratégias de reativação da memória das sensações que as mesmas propiciaram, já que não podem ser acessadas apenas por meio dos objetos utilizados em suas ações ou dos documentos que delas restaram); estudar as condições políticas, jurídicas e culturais para um projeto de lei que permita compartilhar o cuidado e a tomada de decisões acerca dos acervos por meio de uma instância articulada entre o Estado e a sociedade civil (a posta em rede digital dos arquivos é um dispositivo que pode impedir a perda dos documentos e facilitar sua acessibilidade); e, por fim, estudar as condições políticas, jurídicas e culturais para um projeto de lei que regulamente o trânsito e a comercialização de documentos, obras, registros e pesquisas, sobretudo para fora de seu país de origem (muitos dos acervos mais relevantes da arte brasileira têm sido comprados por museus europeus e norte-americanos).
Estes seriam apenas alguns dos gestos a serem inscritos na topologia de nosso patrimônio cultural. Gestos indispensáveis se quisermos reverter os processos que resultam na neutralização das práticas artísticas e, até mesmo, no desaparecimento concreto e irreversível de seus rastros, tal como o que lamentavelmente acabamos de viver no Brasil.

Rede Conceitualismos do Sul

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State of Alert

The irreparable loss of a significant part of Helio Oiticica’s estate, documents and art works, under the care of the artist’s family in Rio de Janeiro, stored under inadequate conditions and inaccessible to the public, reveals the deep problem faced by Latin America. This is an issue that deals with its present, its past, and especially with the memories of experiences that reveal its critical strength.
The implications of this problem far exceed the field of art; they erode the Continent’s thinking processes.
It is not by chance that for several years now we have been witnessing the spread of a generalized process which canonizes, glamorizes and sterilizes artists’ archives and estates, and particularly those related to the production of the 60s and the 70s in Latin America. One of the main reasons behind recent interest in that period is that the poetic/political strength of art is now gaining new breath, it is re-establishing links with that heritage, resignifying and being resignified by a movement brutally interrupted by the dictatorial regimes that paved the road for Neo-Liberalism. Now, as art seeks new vitality from such movements, as it coasts along the tide in the process of re-elaborating itself and overcoming the toxic effects of such trauma, it once again is interrupted. This time by the exquisitely perverse seduction posed by the art market, under the aegis of a cultural capitalism, a force far more subtle than the crude and explicit violence applied by the State in our countries.
It is in such a context that the material eyewitnesses of said practices become a sort of Neo-Colonial booty, widely disputed by museums, collectors (including the families and descendants who keep works of art and hold the artists’ rights), as well as by diverse institutions which cash in on the global capitalization of non-tangible assets and present-day means of creating surplus value. A challenge arising even before what had been incubated by those artists’ proposals has began to germinate again – a new chapter in a history that is not nearly as post-Colonial as we would like it to be.
We can no longer postpone facing the disappearance of components of the very nerve-fibres of this legacy of contemporary art – those such as, undoubtedly, Helio Oiticica’s art and theory are; we must perforce strengthen dialogic and cooperative actions between the coordinating social agents involved in the defence of such sensitive issues, and call upon public and academic institutions, civil society, researchers, artists, etc… The preservation and reactivation of these legacies emphasizes the privileged chance we have to examine, with persistence, more complex and challenging ways of cultural experimentation.
Present circumstances call for a joint and precise answer from Latin American countries in cooperation with organizations, individuals and institutions of hegemonic nations effectively interested in creating horizontal public guidelines to help decolonize international copy- and author’s rights as related to the legacies and experiences now dispersed throughout the Continent.
In recent years, various cultural ministries in Latin American have indeed made efforts to address the issue of intangible legacies, though none has included any provisions whatsoever related to art archives. This is a paradox worth discussing, if we are to make people aware that no political agenda may treat artistic legacies as superfluous matter.

Among their priorities, draft initiatives would include the following objectives:

– to stimulate and support research, tracking, dissemination and preservation of existing documents, keeping in mind that these are political activities, not merely academic or professional ones;
-to seek the tools required to negotiate the preservation of and open access to artists’ files, including the possibility of allowing actions leading to the reactivation of the experiential memory that such artistic practices called for in the course of their original development (as in non-object based works that demand live experiences, and which cannot be based either on objects or documents); this would include the need to define strategies allowing for the reactivation of memory;
– to study political, legal and cultural conditions that would propitiate passing a bill that would allow sharing the care and decision-making required between government and civilian instances (posting files on the internet could well help avoid the loss of documents and open access to them);
and, finally, to study political, legal and cultural conditions that would lead to regulating cross-border transportation and the sale of papers, art works, registers and sundry. European and North-American museums have purchased many of the most important estates of Brazilian art.
The above then would be but basic suggestions to be included in the topology of our cultural heritage, basic required actions if we are to reverse a situation that neutralizes the exercise of art, if not actually leading to its irreversible destruction, as has been the case in the unfortunate experience that we have just suffered in Brazil.

Red Conceptualismos del Sur (Southern Conceptualisms Network)
Translation: Felipe Ehrenberg — 23/10/09 – São Paulo, SP, BR
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État d’alerte (Les archives d’art en Amérique letine)

Le samedi 17 Octobre, un incendie a détruit une grande partie de l’œuvre artistique et documentaire de l’artiste brésilien Helio Oiticica ; elle était conservée à Rio de Janeiro sous la tutelle de la famille de l’artiste, dans des conditions inadéquates et avec un accès public limité. Cette perte irréparable révèle un problème commun à tous les pays d’Amérique latine et des Caraïbes ; à savoir des politiques de conservation inefficaces, des lois qui ne tiennent pas compte de l’évolution des besoins de l’art contemporain et des conditions de stockage inadéquates ; celles-ci mettent non seulement en péril les biens eux-mêmes, mais portent en outre atteinte à la liberté d’accès à des documents qui sont d’intérêt public. Cette situation nous amène, une fois de plus, à rappeler non seulement la valeur historique et patrimoniale de l’art, mais surtout la nécessité de protéger et de réactiver la mémoire de sa puissance critique. En ne le faisant pas, nous contribuerons à l’affaiblissement de la force créatrice, de la recherche engagée et de la réflexion critique dans les sociétés contemporaines.

Le contexte artistico-politique de cette tragédie est infiniment complexe. Depuis quelques années on assiste à un long processus de canonisation des archives et des collections d’artistes, principalement ceux de la production dans les années 1960-70 en Amérique latine. Les musées, les collectionneurs privés et les institutions professionnelles ont fait de ces collections une sorte de butin de ce qu’on pourrait appeler les nouvelles batailles néocoloniales du capitalisme cognitif. Dès lors, les propositions qui, dans ces années-là, furent brutalement étouffées ou interrompues par la violence des régimes dictatoriaux, circulent aujourd’hui à l’échelle internationale, enrobées de légitimité, mais aussi de stérilisation politique et de banalisation artistique. La nécessité de réactiver leur force poético-politique doit se confronter au raffinement pervers et séducteur du marché de l’art. En conséquence, les tentatives pour dépasser les effets toxiques du traumatisme causé par les dictatures et la violence d’Etat tendent à être à nouveau bloquées par les stratégies immunisantes du capitalisme culturel global.

La perte d’une grande partie de l’œuvre artistique et théorique de Helio Oiticica impose d’urgence un positionnement politique. Devant une telle situation, il apparaît nécessaire de renforcer la coopération et les instances de dialogue entre la communauté artistique, les organismes d’État liée et la société dans son ensemble. La conservation et la stimulation critique de ces patrimoines matériels et immatériels constituent un devoir et un défi partagés ; elles offrent aussi une occasion unique d’imaginer d’autres façons de produire de la culture et de l’expérimenter.
Aujourd’hui plus que jamais, une réponse précise et conjointe des pays d’Amérique latine et des Caraïbes s’avère nécessaire. Elle devra se faire en accord avec les instances, les individus et les institutions qui, au niveau national ou international, sont véritablement intéressés par l’articulation de politiques visant à décoloniser les relations internationales, la circulation des patrimoines matériels et immatériels et les régimes de propriété intellectuelle. La valeur sociale, culturelle et économique des archives d’art d’Amérique latine doit devenir une priorité dans l’agenda politique de nos pays.

La tragedie qui vient d’avoir lieu, touchant l’oeuvre de Helio Oiticia, exige des initiatives politiques et de nouvelles responsabilités sociales susceptibles d’atteindre les objectifs suivants :
1) encourager et soutenir la recherche, la cartographie, la diffusion et la préservation des documents existants, sachant qu’il s’agit là d’activités politiques, pas simplement universitaires ou professionnelles;
2) étudier des mécanismes de gestion et de financement pour promouvoir la conservation des archives d’artistes ainsi que l’accès public et gratuit à ces derniers, en favorisant des stratégies spécifiques pour préserver et rendre accessibles des pratiques artistiques qui ne se réduisent pas à l’objet et nécessitent des dispositifs de réactivation de la mémoire des expériences sensibles qu’elles ont engendrées);
3) avancer dans l’élaboration d’un nouveau projet de loi fondé sur une articulation entre l’Etat et la société civile afin de partager la conservation et la prise de décision concernant les collections par le biais d’instances de médiation et de consultation;
4) promouvoir en priorité la numérisation des archives d’art d’Amérique latine afin d’éviter la détérioration et la perte de documents et afin de faciliter leur accès universel;
5) réunir les conditions politiques, juridiques et culturelles qui permettent la mise en oeuvre de normes de régulation régissant la circulation et la commercialisation de documents, d’actes, de registres et de recherches, en tenant compte des besoins propres à ce type de biens. (Cela comprend aussi une définition des droits des héritiers).

Nous sommes conscients que ces initiatives ne sont qu’un premier pas vers une culture politique différente en matière d’archives d’art d’Amérique latine. Cependant, sans en passer par là, il sera bien difficile de renverser les processus qui neutralisent la potentialité politique des pratiques artistiques du continent.

Red Conceptualismos del Sur (Réseau Conceptualismes du Sud)

Estado de Alerta (Los Archivos de Arte en América Latina) – Red Conceptualismos del Sur (versión alternativa del comunicado)

El pasado sábado 17 de octubre un incendio destruyó gran parte del acervo artístico y documental del artista brasileño Helio Oiticica (1937-1980) el cual se albergaba en una casa privada en Río de Janeiro bajo la tutela de la familia Oiticica. Artista plástico neoconcreto, cineasta experimental, inspirador del movimiento tropicalista, profundo y sensible colaborador con las formas de cultura popular brasileña, Hélio Oiticica es reconocido de manera indiscutida como uno de los más grandes artistas del arte de vanguardia que dio el siglo pasado. Esta irreparable pérdida revela una problemática común a todos los países de América Latina y el Caribe: la existencia de políticas de preservación ineficientes, de legislaciones que no toman en cuenta las necesidades cambiantes del arte contemporáneo y de condiciones de almacenamiento inadecuadas las cuales no sólo ponen en riesgo los propios acervos sino que también atentan contra el libre acceso a documentos de interés público. Esta problemática nos orilla a poner sobre la mesa una vez más no sólo el valor histórico y patrimonial del arte sino, sobre todo, a enfatizar la necesidad de proteger y de reactivar la memoria de la experiencia de su potencia crítica. De no hacerlo, contribuiremos al debilitamiento de la fuerza creativa, la investigación comprometida y la reflexión crítica de las sociedades contemporáneas.

Incendio3

El contexto artístico-político en el que esta tragedia ha tenido lugar es sumamente complejo. Desde hace algunos años la obra –pero también los archivos– de muchos artistas de América Latina ha venido integrándose en el canon internacional del arte contemporáneo, siendo la producción artística de las décadas de los sesentas y los setentas aquella que mayores expectativas de canonización ha despertado. Museos, coleccionistas privados e instituciones corporativas han hecho de estos acervos una suerte de botín de lo que podría definirse como las nuevas batallas neocoloniales del capitalismo cognitivo. Esta situación ha propiciado que propuestas que por aquellos años fueron brutalmente acalladas o interrumpidas por la violencia de los regímenes dictatoriales circulen hoy a nivel internacional cargadas de una amplia legitimidad pero también de una fuerte esterilización política y una clara banalización artística. La necesidad de reactivar definitivamente su fuerza poético-política se confronta por lo tanto con el refinamiento perverso y seductor del mercado del arte. En consecuencia, los intentos de superación de los efectos tóxicos del trauma dejado por las dictaduras y por la violencia de Estado tienden a interrumpirse nuevamente debido a las estrategias inmunizadoras a partir de las cuales operan las formas del capital cultural en nuestros días.

Esta situación no sólo interpela a la comunidad artística y a los especialistas en archivos en particular sino también a los políticos culturales, a las instituciones artísticas y a la sociedad civil en su conjunto. La pérdida de gran parte del archivo de Hélio Oiticica impone la urgencia de un posicionamiento político claro y bien articulado frente a este estado de cosas. Ante esta situación resurge por lo tanto la necesidad de fortalecer la cooperación y el diálogo entre los múltiples agentes de la sociedad implicados tanto en el cuidado del patrimonio material como en la reactivación de la potencia crítica y poética del arte. La conservación y la dinamización de estos patrimonios materiales e inmateriales no deben entenderse exclusivamente como obligaciones estatales sino también como el punto de partida para imaginar colectivamente modos más responsables y críticos de experimentar y acceder a la cultura.

Incendio4

Hoy más que nunca resulta necesaria una respuesta inteligente, responsable y conjunta de parte de la sociedad civil de los países de América Latina y el Caribe; una respuesta que esté, asimismo, en sintonía con aquellas instancias, personas e instituciones a nivel regional e internacional interesadas en articular políticas que contribuyan a descolonizar el tránsito de los patrimonios materiales e inmateriales por un lado y a reinventar los regímenes globales de propiedad intelectual por el otro. En consecuencia, el valor social, cultural y económico de los archivos de arte de América Latina debe convertirse en una prioridad para la agenda política de los gobiernos municipales, de los ministerios de cultura y de las entidades regionales del continente.

En suma, la tragedia ocurrida al archivo de Hélio Oiticica demanda que se tomen nuevas iniciativas políticas y nuevas responsabilidades civiles con la intención de alcanzar los siguientes objetivos: 1) incentivar y apoyar la investigación, el diagnóstico, la divulgación y la preservación de los acervos documentales y patrimoniales (acentuando el hecho que éstas son actividades políticas y no meramente académicas o profesionales); 2) desarrollar mecanismos de gestión y financiación para promover y profesionalizar la preservación de archivos y para garantizar el acceso público y gratuito a la memoria de la experiencia sensible del arte (partiendo del hecho que las prácticas artísticas no pueden reducirse a su mera materialidad); 3) avanzar hacia el diseño de un nuevo proyecto de ley basado en la corresponsabilidad entre el Estado y la sociedad civil que permita compartir el cuidado y la toma de decisiones acerca de los acervos por medio de instancias de mediación y consulta; 4) fomentar y priorizar la digitalización de los archivos de arte de América Latina con la intención de impedir el deterioro y la pérdida de documentos así como para potenciar su accesibilidad universal; 5) trabajar para alcanzar las condiciones políticas, jurídicas y culturales que permitan poner en operación normativas que regulen el tránsito y la comercialización de documentos, obras, registros e investigaciones tomando en cuenta las necesidades específicas de este tipo de acervos; y, finalmente 6) sensibilizar a la sociedad en torno a las consecuencias que supone el hecho que la compra de archivos de arte por museos y fundaciones extranjeras sea en la actualidad la opción más inmediata –o la única– en el intento de preservarlos.

Estamos conscientes que estas iniciativas constituyen sólo el primer paso hacia un tipo de cultura política diferente respecto a los archivos de arte de América Latina. Reconocemos, sin embargo, que sin ellos será muy difícil revertir los procesos que neutralizan la potencialidad política de las prácticas artísticas del continente.

Red Conceptualismos del Sur

 


(otra versión del comunicado en castellano puede verse aquí, y en este link sus traducciones a portugués, inglés y francés)

Estado de Alerta – Red Conceptualismos del Sur

Foto: Ana Luiza Nobre, 17 de octubre de 2009

El pasado sábado 17 de octubre un incendio destruyó gran parte del acervo artístico y documental del artista brasileño Helio Oiticica (1937-1980), el cual se albergaba en una casa privada en Río de Janeiro bajo la tutela de la familia del artista. Artista plástico neoconcreto, cineasta experimental, inspirador del movimiento tropicalista, profundo y sensible colaborador con las formas de cultura popular brasileñas, Oiticica es reconocido de manera indiscutida como uno de los más grandes artistas del arte de vanguardia que dió el siglo pasado. Esta irreparable pérdida revela una problemática común a todos los países de América Latina y el Caribe: la existencia de políticas de preservación ineficientes, de legislaciones que no toman en cuenta la necesidades cambiantes del arte contemporáneo y de condiciones de almacenamiento inadecuadas las cuales no sólo ponen en riesgo a los propios acervos sino que atentan también contra el libre acceso a documentos que son de interés público. Esta problemática nos orilla a poner sobre la mesa una vez más no sólo el valor histórico y patrimonial del arte sino, sobre todo, la necesidad de proteger y de reactivar la memoria de su potencia crítica. De no hacerlo, contribuiremos al debilitamiento de la reflexión crítica, la fuerza creativa y la investigación comprometida de las sociedades contemporáneas.

No es casual que desde hace algunos años asistamos a un proceso generalizado de canonización de archivos y acervos de artistas, principalmente aquellos relativos a la producción de los años 1960-70 en América latina, operación que los convierte en objetos glamorosos y estériles. Una de las principales razones del interés reciente por ese período es el hecho de que la fuerza poético-política del arte comienza a recuperar aliento en los últimos años, reconectándose con este patrimonio, resignificándolo y resignificándose. Un movimiento que había sido brutalmente interrumpido por la violencia y los regímenes dictatoriales, que preparan el terreno para la instalación del neoliberalismo en los años 90. Y en el momento en que esa capacidad política se reaviva –como parte de un proceso de elaboración y superación de los efectos tóxicos del trauma– es nuevamente interrumpida con el refinamiento perverso y seductor del mercado, bajo la égida del capitalismo cultural que opera de modo mucho más sutil que los procedimientos groseros y explícitos de la violencia del Estado que imperó anteriormente en nuestros países.

Es en este contexto que los testimonios materiales de tales prácticas se convierten en una suerte de botín cognitivo de una guerra neocolonial, ampliamente disputado por museos, coleccionistas y otras instituciones que participan del capitalismo global de bienes inmateriales y sus formas actuales de producción de valor, tal como, en determinados casos, las familias que custodian las obras y sus derechos. Una disputa que se da incluso antes de hacer que lo que incuban estas experiencias haya vuelto a germinar. Un nuevo capítulo de la historia no tan poscolonial como nos gustaría.

La desaparición de un componente neurálgico de este patrimonio del arte contemporáneo, que constituye incontestablemente la obra artística y teórica de Hélio Oiticica, impone la urgencia de un posicionamiento frente a este estado de cosas que no puede ser aplazado impunemente. Se imprime la necesidad de fortalecer instancias dialógicas y cooperativas entre agentes de la sociedad implicados en la promoción de estas potencias sensibles, invocando instituciones públicas y universitarias, sociedad civil, investigadores, artistas, etc. Más aún dado que la conservación y la dinamización crítica de estos patrimonios señalan una oportunidad privilegiada para imaginar permanentemente modos más complejos y desafiantes de experimentar la cultura en el presente.

Las actuales circunstancias requieren una respuesta precisa y conjunta de los países de América Latina, en cooperación con aquellas instancias, sujetos e instituciones que estén auténticamente interesados en articular políticas horizontales que contribuyan a descolonizar las relaciones internacionales de propiedad en lo que respecta al patrimonio y a la experiencia cultural desplegada históricamente en el continente. Es necesario reconocer que los Ministerios de la Cultura de distintos países de América latina se vienen empeñando en los últimos años en iniciativas relacionadas con el patrimonio inmaterial; sin embargo, los archivos de arte todavía no se han insertado en tales dinámicas. Esta es una paradoja que valdría la pena discutir, para que avancemos en la toma de conciencia de que el patrimonio artístico no puede ser tratado como materia superflua en la agenda política.

Iniciativas de este orden tendrían en sus prioridades los siguientes objetivos: incentivar y apoyar las políticas de investigación, el mapeo, la divulgación y la preservación de los documentos existentes, recordando que estas son actividades políticas y no meramente académicas o profesionales; estudiar los mecanismos de gestión para la preservación de los archivos de artistas y para la accesibilidad pública gratuita a ellos (y en el caso de las prácticas artísticas, que no se reducen a su objeto sino que involucran la experiencia como condición de su realización: deben pensarse estrategias de reactivación de la memoria de las sensaciones que las mismas propiciaron, ya que se puede acceder a ellas solamente por medio de los objetos utilizados en sus acciones o de los documentos que quedaron de ellas); estudiar las condiciones políticas, jurídicas y culturales para un proyecto de ley que permita compartir el cuidado y la toma de decisiones acerca de los acervos por medio de una instancia articulada entre el Estado y la sociedad civil (la puesta en red digital de los archivos es un dispositivo que puede impedir la pérdida de los documentos y facilitar su accesibilidad); y, por fin, estudiar las condiciones políticas, jurídicas y culturales para un proyecto de ley que regule el tránsito y la comercialización de documentos, obras, registros e investigaciones, sobre todo hacia fuera de su país de origen (muchos de los acervos más relevantes del arte brasileño están siendo comprados por museos europeos y norteamericanos).

Estos serían apenas algunos de los gestos a ser inscritos en la topología de nuestro patrimonio cultural. Gestos indispensables no sólo si queremos revertir los procesos que resultan en la neutralización de las prácticas artísticas, sino incluso la desaparición concreta e irreversible de sus huellas, tal como lamentablemente acabamos de experimentar en Brasil.

Red Conceptualismos del Sur

23 de Octubre de 2009

Integran la RCSur

Halim Badawi (Bogotá) / Joaquín Barriendos (México) / Assumpta Bassas (Barcelona) / Patricia Bentancur (Montevideo) / Marcus Betti (Sao Paulo) / Carina Cagnolo (Córdoba) / Fernanda Carvajal (Santiago-Buenos Aires) / Graciela Carnevale (Rosario) / Jesús Carrillo (Madrid) / María Fernanda Cartagena (Quito) / Helena Chávez Mac Gregor (México) / Lía Colombino (Asunción) / María Clara Cortés (Bogotá) / Fernando Davis (La Plata-Buenos Aires) / María de los Ángeles de Rueda (La Plata) / Felipe Ehrenberg (Sao Paulo) / Marcelo Expósito (Barcelona-Buenos Aires) / Fernando Fraenza (Córdoba) / Cristina Freire (Sao Paulo) / Pilar García (México) / Cristián Gómez Moya (Santiago de Chile) / David Gutiérrez (Bogotá) / María Iñigo (Madrid) / Jens Kastner (Viena) / Syd Krochmalny (Buenos Aires) / Ana Longoni (Buenos Aires) / Miguel López (Lima-Barcelona) / William López (Bogotá) / Octavio Mercado (México) / André Mesquita (Sao Paulo) / Fernanda Nogueira (Sao Paulo-Barcelona) / Soledad Novoa (Santiago de Chile) / Luisa Ordóñez (Bogotá) / Clemente Padín (Montevideo) / Juan Pablo Pérez Rocca (Buenos Aires) / Alejandra Perié (Córdoba) / Júlia Reboucas (Minas Girais) / Cristina Ribas (Rio de Janeiro) / Suely Rolnik (Sao Paulo) / Juan Carlos Romero (Buenos Aires) / Sylvia Suárez (Bogotá) / Mabel Tapia (París-Buenos Aires) / Emilio Tarazona (Lima) / Paulina Varas (Valparaíso) / Ana Vidal (Bahía Blanca) / Jaime Vindel (León-Madrid) / Rafael Vital (Sao Paulo) / Isobel Whitelegg (Londres)

Suscriben también este documento:

Manolo Borja-Villel (Director del MNCARS-Madrid) / Ticio Escobar (Ministro de Cultura de Paraguay) / Graciela de la Torre (Directora del MUAC-México) / George Yúdice (University of MIami) / Andrea Giunta (University of Texas at Austin) / Chantal Bideau (Francia) / Alejandro Navarrete (México – Holanda) / Ana María Tavares (Brasil) / Ian Simms (Francia) / Humberto Nilo Saavedra (Chile) / Fabiana Éboli Santos (Brasil) / Regina Vater (EUA – Brasil) / Stephen Wright (Francia) / Roberto Ferreyra (USA) / Estefanía Peñafiel Loaiza (Francia – Ecuador) / Eva Feito (España)