Roberto Jacoby. El deseo nace del derrumbe. Acciones, conceptos, escritos / edición de Ana Longoni

Publicamos la información sobre este primer volumen que inaugura nuestra colección ‘Escrituras Críticas’. El libro ha sido editado por Ana Longoni, quien tuvo a su cargo la coordinación del equipo de investigación y edición que concretó este libro (integrado por Fernando Davis, Daniela Lucena, Julia Risler, Guadalupe Maradei y Syd Krochmalny).

Esta investigación contó con el apoyo de SEACEX (Sociedad Estatal para la Acción Cultural Exterior). La edición es resultado de la colaboración entre el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, la Red Conceptualismos del Sur, la editorial argentina Adriana Hidalgo y la editorial española La Central.
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“Es un texto en el sentido más estricto: tejido que entrecruza múltiples hilos, construyendo una trama que articula arte, política, vida personal, transformaciones sociales, crisis históricas”
Roberto Jacoby

Esta antología de textos, nos da acceso a cerca de cinco décadas de proyectos realizados por el artista y sociólogo argentino Roberto Jacoby (Buenos Aires, 1944). Todo un cuaderno de bitácora que recorre nombres emblemáticos de una historia del arte periférica -no por ello menos importante, tan sólo más desconocida-, inserta en las prácticas conceptuales. Desde su participación en el Instituto Di Tella o Tucumán Arde (1968) a su polémica obra El alma nunca piensa sin imagen desarrollada en la última Bienal de Sao Paulo (2010), se reúnen por primera vez, manifiestos, conversaciones, reseñas, letras de canciones, estudios sociológicos y todo tipo de documentación; testimonio de las prácticas experimentales llevadas a cabo por este polifacético creador.

En la obra desmaterializada de Jacoby, todo deviene un reto de orden social en la medida en la que participa siempre del otro, de su respuesta, de su compromiso, de su disolución, de ahí sus conceptos fetiche como “tecnologías de la amistad” y “estrategias de la alegría”. Su trabajo queda sujeto o sustentado por la comunidad de la que participa y a la que se da a través de imágenes, de fiestas, de antihappenings, revistas como ramona o antirevistas como Sobre, performances como Darkroom o No soy un clown, intervenciones como «Yo tengo sida», desarrollos de redes multimedia de artistas como Chacra99, Bola de Nieve o el Proyecto Venus por el que recibió la beca Guggenheim en el 2000.

Con motivo de la exposición que lleva el mismo título y que se celebra en el MNCARS, hasta el próximo 30 de mayo de 2011, este catálogo ha sido coeditado por el Museo Reina Sofía, la Red Conceptualismos del Sur, la librería La Central y la editora argentina Adriana Hidalgo.

Retrato del artista invisible – Ricardo Piglia

Retrato del artista invisible

Por Ricardo Piglia

Desde hace 50 años, viene practicando una forma de arte en cambio constante y siempre un paso adelante: las vanguardias de los ’60, la resistencia pacífica, astuta y confabulada contra la represión intelectual de la dictadura, el tráfico de ideas bajo la alegría bailable de Virus, la mezcla telúrica de redes sociales y trueque del Proyecto Venus y Bola de Nieve. Atento a las nuevas tecnologías, a la política y a la sexualidad, Roberto Jacoby tiene una obra que, por esencia intangible, fugaz, siempre lanzada hacia adelante y a la espera de ser completada por la experiencia de verla o ser parte de ella, se resiste a entrar a los museos. Sin embargo, la semana que viene, el Museo Reina Sofía de Madrid inaugura una retrospectiva de ella. Ricardo Piglia, que lo conoce desde sus principios, recorre su trayectoria, revela el poder iluminador de su obra, explica por qué sus mil metamorfosis tienden todas a proponer una vida mejor y recuerda el día en que Jacoby dejó mudo a Umberto Eco en un bar de la calle Florida.

  1. ENTRE EL TEDIO Y LA POLITICA

La obra de Roberto Jacoby no plantea la cuestión –habitual hoy en día– “¿Qué es el arte?” o “¿Qué puede considerarse arte?”; su trabajo gira más bien en torno de la pregunta “¿Qué es un artista?” o quizá, con más precisión, “¿Qué será un artista?”, a la manera del siempre renovado asombro infantil pero también en el sentido del futuro: el artista como una figura fugaz que va siempre hacia adelante, que no se puede cristalizar, que está en constante fuga hacia el porvenir.

 Imagen de archivo intervenida como parte de la instalación 1968: el culo te abrocho, en la Galería Appetite, 2008.


Imagen de archivo intervenida como parte de la instalación 1968: el culo te abrocho, en la Galería Appetite, 2008.

A veces Jacoby mismo encarna ese lugar; a veces lo señala, lo rastrea y lo hace ver. De hecho, su obra puede pensarse como la cartografía de una figura casi invisible, la construcción de un mapa con el indicio de las localizaciones y los modos de aparecer y de esconderse del artista. Un ejemplo de esto fue el plano de La manzana loca (1986), donde trazó el diagrama de una zona de Buenos Aires, una topografía de las instituciones, plazas, galerías, librerías, bares y hasta peluquerías de la ciudad, en donde se constituyeron los espacios fundamentales de sociabilidad artística en los años ’60, y se generaron cruces entre artistas e intelectuales de diversas edades, generaciones, tribus, géneros y clases. Desde esta perspectiva, la definición del artista adquiere una dimensión territorial: ocupa lugares y coordenadas específicas y su identificación es para Jacoby una de las formas de la práctica contemporánea del arte. Otro ejemplo posible es el proyecto Bola de Nieve: una red de artistas curadores que señala las relaciones entre los creadores a partir de su reconocimiento mutuo, e intenta renovar el entramado del arte en las condiciones abiertas por las nuevas tecnologías. Así, en medio de la sobreexposición y la instantaneidad de la escena actual, la obra de Jacoby reformula su propuesta: ¿dónde habrá un artista?

Las fronteras de esa búsqueda son, por un lado, el tedio y, por el otro, la política, o mejor, la política revolucionaria. Stendhal dedicó parte de su novela Rojo y Negro al aburrimiento que genera el día a día de la vida autocrática burguesa, en la que sólo importa causar una impresión favorable en los demás sin que, en el fondo, nadie disfrute realmente con esa clase de éxitos. Sujeto sin deseo, el individuo burgués es sometido a la serialización, al vacío, como una forma de control opuesta a la pasión política.

En la obra de Jacoby se observa un primer límite de lo que queda afuera de su universo y es precisamente la indiferencia, la languidez, lo que podríamos llamar el arte en estado de coma. Durante la última dictadura militar argentina, el efecto del terror –aunque no fuera uno afectado personal y directamente por la represión– se manifestó como inacción generalizada, parálisis; el terror como espera y tedio mortal. Ese estado de ánimo formó parte, en la concepción de Jacoby, de una respuesta pasiva a la experiencia del terrorismo de Estado: “Las estrategias políticas del gobierno militar habían operado exitosamente sobre los cuerpos a través de la aniquilación, los tormentos, la prisión, el control urbano y los sistemas de información, ya que su meta fue lo que Clausewitz denomina ‘las fuerzas morales e intelectuales’, que suele ser en la guerra el verdadero objetivo para la destrucción de las fuerzas físicas o corporales. En verdad actuaron sobre el estado de ánimo de la población hasta que los impulsos de autonomía se extinguieron casi por completo”, escribe Jacoby (en La alegría como estrategia, 2000).

Intervención Mao y Perón, un solo corazón, en el Central Park de Nueva York, 1967.

Intervención Mao y Perón, un solo corazón, en el Central Park de Nueva York, 1967.

En contraposición, su práctica artística va hacia la política, sin abandonar nunca el trabajo creativo sobre la forma. En el marco de esa intervención se ubica el conjunto de acciones que dio en llamar “estrategias de la alegría” y que comprendió, entre muchas otras propuestas, su participación en el renovador grupo de pop-rock Virus desde 1979 y más tarde las fiestas nómades en espacios no convencionales que organizó en los ’80. Virus formó parte de un conjunto de prácticas que fueron un modo de resistir al clima de opresión no sólo a través del uso del humor en las letras de las canciones y de la composición a partir de ritmos alegres y bailables, sino también por medio de las condiciones de producción de los espectáculos, la forma de organizar la sala, la dimensión performática de los shows. Una invitación a no quedarse sentado ni solo, a bailar y celebrar con otros.

En ese territorio imaginario, definido en sus bordes por el tedio y la política, lo que está en el cruce es la amistad, o, en términos de Jacoby, las “tecnologías de la amistad”: una metáfora de la construcción de grupos que nos da una pista acerca de la figura del artista por la que Jacoby se interroga en términos de futuro y de deseo: para él un artista es, o mejor será, alguien que no se piensa en tanto individuo sino que privilegia la producción colectiva, la colaboración, la acción grupal. De allí su interés por las sociedades experimentales que tuvo su momento de mayor institucionalidad en 2004 cuando dirigió el Area de Sociedades Experimentales en el Centro Cultural Ricardo Rojas de la Universidad de Buenos Aires, pero que se remonta mucho más atrás, al fallido intento del que fui parte, Internos. Aquel proyecto, pensado a fines de la dictadura en un intento de romper el aislamiento reinante, quería producir una red de intercambios de ideas, percepciones, lecturas, textos en proceso, entre una heterogénea lista de intelectuales. Algo a lo que luego Internet nos acostumbró, pero que en los primeros años ’80 implicaba montar un sistema de circulación en red de mensajes, de imágenes y de textos, mediante fotocopias, envío de fax y llamadas telefónicas en cadena. Un desarrollo de esos circuitos semipúblicos (grupo de conocidos, mensajes en serie, prácticas múltiples) fue el Proyecto Venus, donde un colectivo de artistas constituye una sociedad virtual, acuñando una moneda propia y formas de gobiernos inmóviles y fugaces, para intercambiar experiencias, servicios, obras, teorías, actos e intervenciones públicas.

Encuentro una vinculación entre estas iniciativas colectivas de Jacoby y las hipótesis sobre las intrigas y los grupos que se constituyen para planificar acciones paralelas y mundos alternativos que esbocé en mi presentación Teoría del Complot, que expuse en uno de los Plácidos Domingos en los que se gestó el proyecto Venus. Se trataba de definir una forma de complot no secreta y amenazadora, sino pública y pacífica. Allí, yo proponía la vanguardia como una respuesta política, propia y específica, a los procedimientos de construcción del poder político y cultural implícitos en el liberalismo, una respuesta a la idea del consenso y el pacto como garantías del funcionamiento social, la visibilidad del espacio público, la noción de representación y de mayoría como forma de legitimidad. La vanguardia vendría a cuestionar estas nociones, con su política de secta, de intervención localizada y explosiva, con su percepción conspirativa de la lógica cultural y de la producción del valor, como una guerra de posiciones. El modelo de sociedad de la vanguardia es la batalla, no el pacto, es el estado de excepción y no la ley. La práctica artística alternativa hace ver lo que las ideas dominantes niegan y se propone debilitar los centros de poder cultural y alterar las jerarquías y los sistemas de significación. De este modo, la vanguardia artística se descifra claramente como una práctica antiliberal, como una versión conspirativa de la política y del arte, como un complot que experimenta con nuevas formas de sociabilidad, que se infiltra en las instituciones existentes y tiende a disolverlas y a crear redes y formas alternativas.

Anti-afiche del Che Guevara con la frase “Un guerrillero no muere para que se lo cuelgue en la pared”. 1969.

Anti-afiche del Che Guevara con la frase “Un guerrillero no muere para que se lo cuelgue en la pared”. 1969.

Jacoby realiza ese tipo de intervención al crear plataformas para pensar en conjunto, conectarse y actuar por afuera de las instituciones. La práctica artística es colectiva y contingente, cualquiera puede ocupar ese lugar provisorio y desvincularse de él: la figura del artista es utópica, igualitaria e incierta. La obra de Roberto plantea ese problema desde el inicio en los años ’60 (nosotros –los artistas– desmaterializamos) y lo renueva hasta la actualidad (en la intervención grupal y política propuesta en la Bienal de San Pablo, 2010).

Estamos ante una actividad de larga duración definida por la transformación y la metamorfosis del arte; en estos cincuenta años de trabajo Jacoby no fue un precursor sino un artista que ilumina previamente prácticas secretas que un tiempo después se advertirán de modo generalizado y serán de comprensión inmediata. Su obra tiene la doble temporalidad de la ironía; el sentido no se comprende en el momento sino luego de un lapso incierto en el que por fin la risa ilumina la oscuridad. El arte es la captación diferida, el efecto futuro, Jacoby es el artista irónico, el que vive como si conjugara mal los tiempos verbales, desfasadamente, a destiempo; es el intempestivo.

  1. MODOS DE HACER

¿En qué sentido Jacoby puede considerarse un artista irónico? En sintonía con propuestas como las de Marcel Duchamp, William Burroughs o Macedonio Fernández, Jacoby piensa más en el acto artístico, en la acción de crear, que en la obra como producto terminado. Es en ese gesto donde yo leo la impronta de la desmaterialización en su trabajo: la acción artística es más importante que el resultado mismo, la invención no se dirige hacia el objeto material en sentido pleno sino que el objeto es un punto de partida para la construcción de una experiencia. Eso para mí es lo importante de la noción de desmaterialización que Masotta retoma de El Lissitsky y que Jacoby y su grupo llevaron a la práctica.

En ese sentido, su obra liga la desmaterialización a los avances de la tecnología cotidiana más que a los medios de masas. El desarrollo tecnológico es un instrumento que Jacoby utiliza para producir el efecto conceptual. Lissitsky diría: antes uno para mandar una carta usaba papel, compraba un sobre, se sentaba a escribirla, iba al correo, etcétera. El mismo mensaje se envía ahora de un modo inmaterial, casi abstracto. Se trata de la utilización de tecnologías nuevas que van más allá de lo que tradicionalmente llamamos “medios” y que Roberto vislumbró décadas atrás, con su interés en la conformación de conexiones en tiempo real anteriores a la web, los usos artísticos del grabador, la teletipo, la mecanografía, los esténciles, el mimeógrafo, las viejas fotocopiadoras, los faxes, el contestador telefónico, la televisión, el video, la visión infrarroja. Se trató, en todos los casos, de la construcción de redes de intercambios y circulación de obras que estaban dirigidas específicamente a una comunidad de conocidos. El artista, en principio, trabaja para una red de amigos.

Vistos en perspectiva, pareciera que sus proyectos hubieran estado esperando la aparición de Internet para funcionar retrospectivamente a la manera de “Kafka y sus precursores”. Las condiciones actuales permiten descifrar los sentidos múltiples de intervenciones y prácticas que en su momento fueron consideradas minoritarias y cerradas. Para Jacoby –entonces y ahora– se trata de los usos creativos de la tecnología socialmente disponible en cada momento. La desmaterialización acompaña el desarrollo técnico: el carácter cada vez más liviano de los mensajes y los medios los transforma en conceptuales. No se trata de la disolución del objeto o del cambio de contexto de la percepción artística, sino del trabajo abstracto con la reproducción, la serie, la velocidad y las formas que la tecnología pone a disposición de la sociedad. Los instrumentos técnicos –de la imprenta, de la radio, de la televisión, de la red digital– son el verdadero ready made del arte contemporáneo. El artista actual se parece al Doctor Mabuse, es un ilusionista cyber, politizado y mutante, que identifica modos de hacer.

Revista Sobre, con la que impactó a Umberto Eco. 1969.

Revista Sobre, con la que impactó a Umberto Eco. 1969.

En su ensayo “La filosofía de la composición”, Edgar Poe instaura una tradición literaria muy productiva: explica cómo se hace un poema para que otros puedan hacer un poema. Lo mismo hizo al inventar el relato policial y su inolvidable y arriesgado razonador: Auguste Dupin. Poe definió los elementos mínimos necesarios para crear una intriga (el criminal, el detective, la víctima, la historia que se cuenta en sentido cronológico inverso, etcétera) y a partir de esa forma conceptual se desarrolló uno de los géneros más populares de la narrativa moderna. El artista es un creador de formas. En esa tradición se reconocieron Baudelaire, Mallarmé, Raymond Roussell, Borges, el grupo Oulipo. Del mismo modo, la experiencia de Jacoby es la de un artista que construye no sólo obras, sino modos de hacer obras. El arte es una potencialidad abierta, disponible, un campo magnético de proyectos programáticos que cualquiera puede activar. Jacoby, como sabemos, inventa estilos, procedimientos, conceptos creativos, los usa y los abandona para buscar nuevas formas y nuevas relaciones. La renovación constante, la revolución permanente, es parte de su trabajo artístico y político contra la inercia, la repetición, la burocracia estética de lo siempre igual. Por eso, sus cambios frecuentes de registro (escritura, imágenes, investigación, teoría, música, teatro, performances, instalaciones): la renovación de los lenguajes es una de sus marcas como artista.

El arte, decía Stendhal, es la inminencia de la felicidad, siempre está por venir, hay que estar alerta, experimentar, salir a ver, alcanzar la utopía. Los modos de hacer arte tienen que ver –más que con estrategias artísticas “puras”– con formas de vida que aspiran a la felicidad. Ese es el rasgo central de la poética de Jacoby. No hay nada específico en lo específico del arte, salvo la actitud –atenta y disponible– del artista hacia la vida buena. Por eso sus múltiples modos de hacer tienden a borrar los límites entre la vida y el arte: para modificar el lenguaje hay que cambiar la forma de vivir. Pero a la vez el arte imagina formas de vida para las cuales la realidad no está preparada. El trabajo con lo posible, con lo que todavía no es, ronda los dos grandes motivos que se reiteran en la obra de Jacoby: la revolución y la sexualidad. Las microsociedades experimentales, la tecnología de la amistad, las redes fugaces, las colectividades alternativas, son espacios de experimentación artística y política. El arte es una sociedad sin Estado, su realidad es la vida cotidiana. Jacoby me recuerda la experiencia de los anarquistas utópicos que decidían realizar su propuesta de una sociedad nueva en su vida personal. Esos modos de vida posibles –que incluían otras costumbres sexuales, otros cuidados del cuerpo, la ausencia de dinero, la socialización de la propiedad personal, transformaciones de la identidad, la vestimenta, la alimentación– eran programas de vida futura que, realizados en el presente, buscaban modificar los sentimientos, las concepciones y la percepción de la realidad. Esa aspiración a una vida nueva es para Jacoby la condición de la práctica artística.

Como catálogo de la muestra que inaugurará el 25 de febrero en el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía (Madrid) y que podrá visitarse hasta el 30 de mayo de este año, se presentará el libro El deseo nace del derrumbe. Roberto Jacoby: escritos, acciones, conceptos (Buenos Aires/ Barcelona, 2011), que reúne por primera vez proyectos, manifiestos, canciones, conversaciones y otros textos del artista y sociólogo. El libro es el resultado de años de investigación de la Red Conceptualismos del Sur y se publica bajo el sello editorial de Ediciones La Central, Adriana Hidalgo Editora y Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, con edición al cuidado de Ana Longoni.

Como catálogo de la muestra que inaugurará el 25 de febrero en el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía (Madrid) y que podrá visitarse hasta el 30 de mayo de este año, se presentará el libro El deseo nace del derrumbe. Roberto Jacoby: escritos, acciones, conceptos (Buenos Aires/ Barcelona, 2011), que reúne por primera vez proyectos, manifiestos, canciones, conversaciones y otros textos del artista y sociólogo. El libro es el resultado de años de investigación de la Red Conceptualismos del Sur y se publica bajo el sello editorial de Ediciones La Central, Adriana Hidalgo Editora y Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, con edición al cuidado de Ana Longoni.

 

  1. UN CICERON DE LAS PAMPAS

Mi relación con Roberto es, en algún sentido, generacional: caminos que se bifurcan y que se vuelven a encontrar. Empezamos juntos como quien dice y aún hoy estamos empezando. Creo que esa voluntad de volver a empezar, la ilusión de hacer siempre algo distinto y no repetirse, es una marca de aquellos años.

Nos conocimos en una fiesta, en la casa de una amiga, Gioia Fiorentino, alrededor del año 1963 o 64. Allí empezamos a conversar y desde entonces he estado muy atento a lo que él hace. Es una de las personas más generosas y creativas de la cultura argentina, quizá la más creativa que yo conozco. Es un constante generador de ideas, pendiente de todo lo que sucede en la política y en la vida cultural. Siempre tuvo un ojo muy certero para identificar las nuevas tendencias, para llamar la atención sobre cuestiones artísticas o políticas con mucha destreza. Como una especie de cicerone –o Cicerón– del mundo cultural, Roberto es el que sabe ver, el que convoca y hace posible, el que potencia y define un estilo.

Siempre recuerdo que fuimos juntos a ver a Umberto Eco, que estaba de paso en Buenos Aires, invitado por el Instituto Di Tella, y le llevamos la revista Sobre que Roberto estaba haciendo en esa época (1969). Nos encontramos en un bar en la calle Florida y Eco –que en esa época como teórico del Grupo 63 era uno de los referentes de la vanguardia europea– se sorprendió con una revista que primero había que romper para acceder a una combinación inesperada de materiales múltiples: historietas, panfletos, consignas, manifiestos, tesis, historias de vida, dibujos, diagramas. No había un orden fijo y Eco iba sacando esas hojas fotocopiadas sin entender del todo lo que estaba viendo o, en todo caso, sin que sus categorías le permitieran descifrar ese entrevero argentino de arte, política, cultura popular y propaganda.

Al fin de esa tarde volvimos caminando por la calle Corrientes y tuve una vez más la certeza de que Jacoby estaba un paso adelante de las últimas acciones del arte contemporáneo. Su posición de avanzada, su posición inclasificable lo ha dejado solo muchas veces pero siempre se sostuvo ahí, con la ética irónica del artista que sabe hacerse invisible para poder persistir. Esa es una de las grandes lecciones de su obra. Por eso creo que la exposición que se inaugura en estos días en el Museo Reina Sofía de Madrid es un acontecimiento que permitirá reconstruir la extraordinaria trayectoria de un creador que hoy está, por fin, mucho más acompañado (lo que seguramente no deja de inquietarlo).

Imagen de tapa: No soy un clown en la galería Belleza y Felicidad. 2001 Foto: Pablo Mehanna

Presentación de ‘Conceptualismos del Sur’ en Buenos Aires

Se reproducen imágenes y comentarios sobre la pasada presentación del libro ‘Conceptualismos do Sul / Sur’ en el Centro Cultural de España de Buenos Aires. Fotos tomadas de la web del CCE Buenos Aires.
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CONCEPTUALISMOS DEL SUR

6 de abril – 19.00 horas.
CCEBA, Sede Paraná 1159.

Coordina: Ana Longoni.

Incitarán al debate: Ricardo Ramón Jarne, Director del CCEBA, y los integrantes de la Red residentes en Buenos Aires y La Plata: Fernanda Carvajal, María de los Ángeles de Rueda, Fernando Davis, Syd Krochmalny, Ana Longoni, Juan Pablo Pérez y Juan Carlos Romero.

CONCEPTUALISMOS DEL SUR

Esta publicación es el resultado del Seminario “Conceitualismos do Sul / Sur” realizado en el Museu de Arte Contemporânea de la Universidade de São Paulo en abril de 2008, que tuvo el apoyo de la FAPESP (Fundação de Amparo à Pesquisa do Estado de São Paulo) y del Centro Cultural de España en São Paulo y en Buenos Aires.

Durante las jornadas que ocupó el seminario se hizo presente, una vez más, entre los estudiantes, investigadores, interesados y artistas de varias generaciones que llenaron el auditorio del Museo, la creencia en la posibilidad de transformación a través del arte. Este libro ha sido gestado en esa creencia, y en la necesidad de conservar la memoria. O, para decirlo en una frase del artista argentino Edgardo Antonio Vigo: “Sembrar la memoria para que no crezca el olvido”.

Cristina Freire y Ana Longoni (orgs.), Conceptualismos del Sur/Sul, edición bilingüe (portugués y castellano), Sao Paulo, Annablume, 2009, 361 pp.

Con textos de: Felipe Ehrenberg, Clemente Padín, Graciela Carnevale, Paulo Bruscky, Antoni Mercader, Fernando Davis, Emilio Tarazona, Miguel López, Soledad Novoa y Suely Rolnik.


La Red CONCEPTUALISMOS DEL SUR

Las décadas de 1960 y 1970 vienen siendo profusamente revisitadas por la historia y la crítica del arte en los últimos tiempos. Sin embargo, ese enorme interés no implica una homogeneidad de los enfoques y las perspectivas, ni tampoco de los sentidos que se le atribuyen a aquellas experiencias. En la última década, en distintas partes de América Latina y en países como España y otros de Europa del Este, se están desarrollando investigaciones que rescatan del olvido escenarios, producciones y artistas que nos obligan a repensar los relatos inaugurales y canónicos del conceptualismo global y todavía hegemónico.

La Red Conceptualismos del Sur es una plataforma internacional colectiva de trabajo, pensamiento y toma de posición. Fue fundada a finales de 2007 por un grupo de investigadores y artistas preocupados por la necesidad de intervenir políticamente en los procesos de neutralización del potencial crítico de un conjunto de ‘prácticas conceptuales’ que tuvieron lugar en América Latina a partir de la década de los sesenta. Hoy nuclea alrededor de cincuenta integrantes activos, dispersos en distintos países de América Latina y Europa.

La presentación del primer libro de la Red Conceptualismos del Sur es la excusa para dar a conocer y poner en discusión los posicionamientos y los proyectos que impulsamos en torno a políticas de archivo e investigación, así como también la experimentación de diversos dispositivos de reactivación de la memoria crítica de aquellas experiencias en nuestro presente.

‘Estado de Alerta’ en Asterisco #9 ‘Ficciones de Archivo’ (Bogotá)

En la revista colombiana Asterisco 9 (Bogotá, 2010) se publicó la declaración ‘Estado de Alerta’ de la Red Conceptualismos del Sur, circulada por internet luego del incendio que afectó los archivos y las obras de Helio Oiticica en Rio de Janeiro. Asterisco #9 trata sobre el tema de archivos y tuvo tres números simultáneas con tres temas y carátulas distintas. La declaración de la RCS fue publicado en la edición Asterico #9 ‘Ficciones de Archivo’ (p. 60 y 61).

Se reproduce aquí el texto introductorio y un visor para ver online esa edición de la revista. Revisar también la web de Asterisco.
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Asterisco 9 / Rehacer el hecho / Ficciones de archivo / Archivo desclasificado
Año 2010
Ejemplares 1000
Participantes 36
Formato 21 x 28 cm
Archivos adicionales Documentos relacionados con algunos de los proyectos incluídos en A9

La operación resultaba a primera vista sencilla: hacer una revista que fuera literalmente eso: el resultado de una serie de revisiones, un juego con el nombre del soporte mismo. Este ejercicio, como en otras ediciones de Asterisco, permitiría concentrarnos en una operación antes que en un contenido, y editar una publicación que no ha sido premeditada ni resulta predecible.

A medida que las propuestas se juntaban, durante la edición de A9, se fue revelando una intersección entre los conceptos –revista– y –archivo–: un archivo revisa y una revista –como es obvio– también revisa. Durante el proceso surgieron preguntas sobre las políticas de inventario implicadas en un proyecto editorial: si el archivo se presenta como un sistema coherente que ejerce un efecto de verdad sobre el pasado, Asterisco 9 no pretende producir un archivo, ni hace una revisión de sucesos para revelarlos de manera lógica, sino que pone en relación indagaciones críticas sobre archivos y una mediación entre documentos, propuestas y registros.

La invención del archivo responde a la necesidad de fijar la memoria de manera ordenada asignándole un Estado determinado. Sin embargo, a medida que el archivo crece, aumenta con él la amenaza de su destrucción. Resulta oportuno lo que señala Suely Rolnik en Furor de archivo: la compulsión de archivar, cuando destaca el vínculo de las prácticas artísticas agrupadas bajo la denominación de “crítica institucional” con acontecimientos políticos brutales ocurridos durante los regímenes totalitaristas del cono sur. En Colombia este tipo de prácticas artísticas desbordan el margen histórico propuesto por Rolnik y la vulnerabilidad de los archivos se extiende hasta nuestros días. Así pues, el acto de desarchivar es asumido en varias propuestas como una impugnación a la censura, y el archivar como una forma de resistencia, o un acto de agencia política.

En torno al tema de la revisión se fueron armando tres ejes editoriales que mencionamos a continuación.

En Archivo desclasificado las propuestas indagan en aspectos concernientes al ámbito institucional del arte. Varias propuestas revisan la Historia del Arte como construcción sobre el pasado en el cual participan relaciones de poder, y las fracturas que en los supuestos “acuerdos comunes” esta historia representa. Los archivos son decodificados sin el ánimo de estructurar una nueva historia: revelan la dispersión del pasado y la arbitrariedad del estatuto de verdad de las fuentes. Así el chisme, la anécdota, la superstición y la publicidad son rescatados como textualidades significativas de la Historia.

Rehacer el hecho presenta propuestas que reconfiguran procesos anteriores, cuestionando el contexto en que inicialmente fueron creados. La estrategia de imitar, simular, hacer copia o apropiarse de una producción tiene implicaciones diferentes a la del regodeo puramente personal: por un lado cuestiona las jerarquías de las distintas plataformas de exhibición artística Ðla bienal, el salón, la feria, la galería privadaÐ así como el contexto en donde se generan; la posiblidad de acceso a las Ðobras de arteÐ; la discusión (aparentemente resuelta) entre los medios de representación y producción en el arte contemporáneo; y las fricciones que generan las distintas posibilidades de fabricar lo que entendemos por regional o local.

Ficiones de archivo rastrea algunos alcances que la memoria y el recuerdo pueden tener sobre el archivo, y se pregunta por la particular relación que suele construirse desde la condición subjetiva con los acervos públicos. Algunas propuestas parten de colecciones motivadas por el deseo de mostrar lo que ha sido invisibilizado en diferentes esferas, otras juegan con la construcción histórica como ficción. Varias propuestas elaboran colecciones como resultado de la obsesión por sacar del olvido pedazos de historia; o retoman las ruinas de archivos como fragmentos de realidades que han sido censuradas, olvidadas, quemadas o tergiversadas –colecciones que hablan de poseer algo único; la insistencia por alimentar el deseo de recordar–. A diferencia de las ediciones anteriores, en las que se mantenía una cierta autonomía en las propuestas participantes, en Asterisco 9 se incluyen documentos e imágenes adicionales para ampliar los contenidos de algunas de las propuestas, y establecer diálogos entre ellas, así como lazos entre una y otra revista. Teniendo en cuenta que Asterisco no maneja ningún tipo de publicidad, el comité editorial incluyó anuncios provenientes de distintas revistas colombianas en los que se han asociado productos de consumo con referencias y situaciones estereotipadas del mundo del arte.

Junto a este texto editorial presentamos un índice descriptivo del contenido de Asterisco 9, donde incluimos conexiones que sugieren lecturas transversales a los tres ejes temáticos y diversas formas de ver el arte como estrategias de inventariar, revisar, expandir, reinterpretar o incluso subvertir condiciones y escenarios.

El comité A9 es Nicolás Consuegra, Margarita García, Mónica Páez, Luisa Ungar y Jorge Sarmiento

Agradecimientos a Lorena Moya

Corrección de estilos: Claudia Rodríguez, Víctor Albarracín y María Villa

‘Burlar el Conceptualismo’, dossier en Artecontexto #24

La Red Conceptualismos del Sur participó en el último número de la revista española Artecontexto (#24), que tuvo como editor invitado a Miguel A. López. El dossier titulado «Contra-geografías del arte conceptual» se compone de cuatro textos centrales (escritos por Miguel A. López, Joaquín Barriendos, el colectivo :Taller Historia Crítica de Arte, Fernando Davis y Fernanda Nogueira, y la sección ‘cibercontexto’ por María Fernanda Cartagena. Adicionalmente dos reseñas de libros fueron escritas por Jaime Vindel y Fernanda Nogueira.

Reproduzco la tapa, el texto introductorio de Miguel A. López para el dossier y el anuncio de la propia revista. La imagen de la tapa es un envío postal del brasileño Paulo Bruscky al artista uruguayo Clemente Padín. Un particular agradecimiento a los artistas y espacios que cedieron imágenes de sus archivos para la edición del dossier: Graciela Carnevale, Incubo, Luis Camnitzer, Juan Carlos Romero, Centro de Arte Experimental Vigo, Paulo Bruscky y Clemente Padín. Cabe mencionar, por último, que la revista y todos los textos están se encuentran en edición bilingue (castellano / inglés); además el índice y algunas secciones de la revista pueden leerse de manera online haciendo click aquí.
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Burlar el Conceptualismo: Prácticas Antagonistas en América Latina

Durante la última década un numeroso grupo de prácticas experimentales producidas en América Latina en los años 60 y 70 ha empezado a invadir museos, libros, ferias, seminarios, exposiciones y catálogos a escala internacional, situando a estas prácticas como eje de las narraciones que intentan trazar los llamados hitos ‘inaugurales’ del conceptualismo a nivel global.

Antes que situar el “conceptualismo latinoamericano” como un lugar habitual desde el cual ‘leer’ las geografías estéticas de la época (asumiendo de antemano la ‘conceptualidad’ de las obras), se interroga aquí el rol político que cumple aquella categoría, sus formas de asignación simbólica y la geopolítica inscrita en sus transacciones discursivas. Una problematización que abre la posibilidad de repensar políticamente experiencias críticas ubicadas por fuera del discurso en boga.

El presente dossier ha sido elaborado por varios investigadores de la Red Conceptualismos del Sur, una plataforma internacional independiente de trabajo, pensamiento y reactivación crítica de distintas experiencias estético políticas en América Latina, y que está actualmente trabajando en colaboración con el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía.

Miguel A. López

Anuncio de la revista:

Contra-geografías del arte conceptual es el título de nuestro último Dossier. En él Miguel A. López, Joaquín Barriendos, Taller Historia Crítica del Arte, Fernanda Nogueira y Fernando Davis problematizan las lecturas del “conceptualismo latinoamericano” e invitan a pensar políticamente otras experiencias críticas en el ámbito artístico. En Páginas Centrales: Entrevistas a Yoshua Okón, Esther Ferrer y León Ferrari.

Además, las secciones habituales CiberContexto, Cine, Música, Libros y Críticas que nos acercan a las exposiciones más relevantes de la temporada: Trienal de Chile, Panorama da Arte Brasileira, John Baldessari, Modernologías, Sophie Taeuber-Arp, etc.

Puedes consultar nuestro sumario, leer la Primera página, CiberContexto y los artículos de Miguel A. López y la entrevista a Esther Ferrer.

‘Estado de Alerta’ en revista ramona 96

En la edición ramona 96 (Buenos Aires, diciembre 2009) se publica la declaración ‘Estado de Alerta’ de la Red Conceptualismos del Sur, circulada luego del incendio que afectó los archivos y las obras de Helio Oiticica en Rio de Janeiro. Se reproduce carátula e índice del número.
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TRANSPOSICIONES. IDEAS SOBRE MÚSICA Y PINTURA

Introducción de los editores
Pablo Fessel y Federico Monjeau

Entre Categorías
Morton Feldman

Convergencias: Paul Klee, Mark Tobey, John Cage
Pablo Gianera

Concepciones del arte sonoro

Helga de la Motte-Haber

Sobre la técnica del collage en Mahler y Ives
György Ligeti

Jean-Jacques Rousseau y la música abstracta
Pablo Fessel

Formas del tiempo
Federico Monjeau

BATAILLE
Presentación: La más perfecta negación del interés material
Julián Fava
La religión surrealista
Georges Bataille

ENTREVISTA CON CATHERINE DAVID
“En la actualidad el arte se vincula al posicionamiento de fetiches-obras para el mercado y las bienales”
Mariano Oropeza

RESEÑA DE LIBRO
Testimonios de un periodo fundador
Margarita Pierini

DECLARACIÓN
Estado de alerta: ante el incendio del archivo de Hélio Oiticica
Red Conceptualismos del Sur

Presentación ‘Conceitualismos do Sul/Sur’ en São Paulo

Reproducimos el anuncio del libro ‘Conceitualismos do Sul/Sur’, editado por Ana Longoni y Cristina Freire, con la editorial Annablume, MAC USP y AECID. El libro se presenta el 28 de octubre en la Libreria Martins Fontes Paulina, en Sao Paulo, con la presencia de Suely Rolnik, Felipe Ehrenberg y Cristina Freire. La edición es bilingue (portugués y castellano). La lista de textos y autores se reproduce en este post, junto con una nota de prensa sobre sus contenidos.
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Conceitualismos do Sul

Formato: 16 x 23 cm, 362 páginas
ISBN: 978-85-7419-957-3

As décadas de 1960 e 70 têm sido bastante revisitadas pela história e crítica de arte recentemente. No entanto, esse grande interesse não implica na homogeneidade dos enfoques e perspectivas, nem tampouco nos sentidos que se atribuem a tais experiências. As práticas conceituais tornam-se bastante relevantes para se repensar aos rumos das instituições como os museus, as exposições e os arquivos diante da globalização e dos programas neoliberais correlatos que assolam as políticas culturais mundo afora.

Recuperados hoje, por meio de investigações, muitos documentos, obras, artistas, coletivos e movimentos vêm sendo reavaliados. A recuperação de arquivos oriundos das práticas e dos sistemas de circulação artísticos alternativos, importante naqueles anos difíceis, sugere uma atenção para estratégias e táticas onde outros instrumentos de análise devem ser buscados.

Essa publicação é resultante do Seminário “Conceitualismos do Sul/Sur” realizado no Museu de Arte Contemporânea da Universidade de São Paulo (2008), que contou com o apoio da FAPESP e do Centro Cultural de Espanha em São Paulo e Buenos Aires e concretizou uma colaboração intensa entre pesquisadores e artistas da América Latina e Espanha.

Sumário sintetizado

Prefácio – Cristina Freire e Ana Longoni

Capítulo 1 – Artistas, curadores e arquivistas
1.1 Artistas/curadores/arquivistas: políticas de arquivo e a construção das memórias da arte contemporânea (Cristina Freire)
1.2 Editora como projeto artístico: Beau Geste Press/Libro Acción Libre.(Felipe Ehrenberg)
1.3 Entrevista com Felipe Ehrenberg
1.4 Arte inobjetal: da representação à ação (Clemente Padín)
1.5 Entrevista com Clemente Padín
1.6 Algumas questões sobre o arquivo (Graciela Carnevale)
1.7 Entrevista com Graciela Carnevale
1.8 Bruscky e Fluxus (Paulo Bruscky)
1.9 Entrevista com Paulo Bruscky
1.10 O desafio da patrimonialização da arte conceitual: Grup de Treball (Antoni Mercader)
1.11 Entrevista com Antoni Mercader

Capítulo 2 – Outros conceitualismos
2.1 Outros relatos dos conceitualismos (Ana Longoni)
2.2 Práticas “revulsivas”: Edgard Antonio Vigo nas margens do conceitualismo (Fernando Davis)
2.3 Outra revolução possível. A guerrilha cultural no Peru em 1970 (Emilio Tarazona e Miguel López López)
2.4 Noções sobre o conceitual/ noções sobre o experimental: Chile anos 1960/70 (Soledad Novoa Donoso)

Capítulo 3 – Sentidos em luta: recuperação contemporânea dos conceitualismos e da arteconceitual
3.1 Desentranhando futuros (Suely Rolnik)
3.2 Arte conceitual depois da arte conceitual (Cristina Freire)
3.3 Dilemas pendentes. Perguntas frente à recuperação dos conceitualismosdos anos 1960 (Ana Longoni)

Red Conceptualismos del Sur. Quiénes somos, dónde estamos, qué queremos

La Red Conceptualismos del Sur es una plataforma internacional de trabajo, pensamiento y toma de posición colectiva. Se fundó hacia finales de 2007 por un grupo de investigadores e investigadoras preocupados y preocupadas por la necesidad de intervenir políticamente en los procesos de neutralización del potencial crítico de un conjunto de ‘prácticas conceptuales’ que tuvieron lugar en América Latina a partir de la década de los sesenta. La Red Conceptualismos del Sur considera que, de la misma manera que sucedió a otros proyectos emancipatorios,la potencia revulsiva de dichas ‘prácticas conceptuales’ quedó desarticulada por la fuerza de la violencia de Estado. Los diferentes intentos de reactivación de esta potencia disruptiva se han visto interrumpidos por la superposición continua de diversos mecanismos: la inoculación de la memoria colectiva desde los aparatos de Estado, el olvido defensivo asimilado por la sociedad civil, la despolitización de las subjetividades en su reacomodo dentro de las economías neoliberales, la estetización de la contracultura, etcétera. A más de treinta años de la irrupción de las dictaduras en buena parte de América Latina, su efecto traumático sigue sofocando la vida pensante de nuestras sociedades e inmunizando la potencia poético-política de aquellas experiencias.

La Red Conceptualismos del Sur surgió con la idea de contribuir a la reactivación de dicha potencia crítica. El objetivo principal de la Red Conceptualismos del Sur es, en consecuencia, reivindicar la presencia de la memoria sensible de dichas experiencias para que ésta se convierta en una fuerza antagonista en el marco del capitalismo cognitivo actual.

La Red Conceptualismos del Sur es consciente de que los museos, los coleccionistas y las instituciones artísticas públicas y privadas que participan del sistema internacional de arte contemporáneo están inmersos en una fuerte disputa en torno a la visibilidad, la pertenencia y la gestión de tales patrimonios artísticos y experiencias políticas. No es gratuito por lo tanto que, desde hace algunos años, asistamos a un generalizado proceso de institucionalización
y canonización de los archivos, documentos y demás restos materiales e inmateriales derivados de dichas ‘prácticas conceptuales’. Nuestro propósito de reconectar con dichas experiencias para reactivar su potencia revulsiva toma como punto de partida la necesidad de incidir en este territorio en pos de revertir estos procesos de neutralización.

En este escenario, la Red Conceptualismos del Sur se postula como una posibilidad diferente de pensar, hacer, intervenir, concebir, exhibir e historiar políticamente la fuerza disruptiva y la capacidad crítica de las prácticas artísticas ‘conceptuales’ latinoamericanas.

Frente a la necesidad perentoria de incidir críticamente en las circunstancias actuales, la Red viene articulando una serie de iniciativas que podrían resumirse en las siguientes cuatro orientaciones de nuestro trabajo, que han sido concebidas como zonas indisociables entre sí.

1. POLÍTICAS DE INVESTIGACIÓN. Asumimos que investigar es ante todo un ejercicio político y no meramente académico. Investigar para nosotros es restituir, nombrar y producir sentido en torno a un conjunto de experiencias poético-políticas cuya potencia crítica ha sido anulada. Esto implica confrontar y hacernos cargo de las tensiones ocasionadas por las políticas del olvido, así como abordar también la instrumentalización del pensamiento y de la creación en el contexto del capitalismo cognitivo actual. La Red se asume por lo tanto como una parte crítica y activa en el nuevo diagrama geopolítico de las fuerzas globales de la economía cultural.

2. POLÍTICAS DE ARCHIVO. Queremos generar y apoyar iniciativas de constitución, preservación y derecho al uso público de aquellos acervos documentales conectados con dichas experiencias y generar un circuito de Archivos en Red, que socialice y facilite el acceso público a los documentos. Creemos en la urgencia de intervenir colectiva y decididamente para impedir que continúe la expoliación y el saqueo de documentos, colecciones y demás formas de bienes patrimoniales. Pensamos que las políticas de constitución de los archivos no sólo debe coincidir con el reconocimiento de las secuelas del colonialismo, sino también con la presencia de la colonialidad en la América Latina contemporánea.

3. PRODUCCIÓN DE MEMORIA DE LA EXPERIENCIA. Rastrear, reunir, organizar y reinterpretar los documentos producidos por dichas experiencias es necesario pero insuficiente ya que, en sí mismas, estas tareas sólo permiten el acceso a su exterioridad formal y a sus consabidas representaciones. Para desbloquear su potencia crítica interrumpida es necesario que también su memoria inmaterial sea confrontada. Es indispensable por tanto recuperar el registro sensible de la experiencia y los afectos que de ellas devienen como una forma de intervención directa en el olvido. Hacerlo implica, a su vez, rehabilitar la fuerza disruptiva del contexto cultural en el que tuvieron sus condiciones de posibilidad.

4. EXPERIMENTOS DE ACTIVACIÓN. Queremos generar estrategias de acción que actualicen la potencia contaminadora y revulsiva de dichas experiencias. Esto implica ir más allá de su mera visibilidad, no sólo porque dichas prácticas son irreducibles a su mera objetualidad, sino porque lo que nos interesa es conectarlas de forma viva con el presente. Nos asumimos como un laboratorio de experimentación capaz de abarcar publicaciones, proyectos expositivos, discusiones públicas, iniciativas museológicas, u otros dispositivos que desborden el territorio del arte. Cualquiera que sea su formato, estas intervenciones tienen el objetivo de poner en marcha nociones diferentes de historia, de acervo y de transmisión de los saberes.

Red Conceptualismos del Sur

Texto publicado en la revista Plus n. 6 en el marco de la Trienal de Chile 2009. La edición completa se puede descargar aquí.

Sobre Des-bordes – Chema González

Publicamos el comentario de Chema González, editor del Blog del Guerrero, sobre la revista Des-bordes que hemos hecho circular hace menos de dos meses como plataformación transversal de activación de pensamiento de la red Conceptualismos del Sur.
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Des-bordes. Cuanto tu memoria no te pertenece

El nacimiento de un nuevo proyecto editorial crítico es una buena noticia. Cuando ese proyecto es independiente del mercado galerístico en la definición de contenidos, la noticia es excelente; cuando aparece con contenidos abiertos en la web y está respaldado por un grupo transversal y colaborativo de jóvenes críticos e investigadores latinoamericanos, la noticia es excepcional.


Pero des-bordes no es una noticia, es un proyecto político. Una plataforma de reconstrucción, revisión y actualización que tiene que ver con la memoria, los lugares de producción de la historia, los espacios de exhibición de sus restos materiales y la invisibilidad del poder que los conforma. En la actualidad, investigar en América Latina equivale, antes que a plantear temas de debate en la esfera pública, a marcar pistas de objetos culturales que el norte expropia, exhibe y anula. En una conversación reciente, Paulo Herkenhoff hablaba de cómo Lygia Clark y Helio Oiticia ya no existen en América Latina, y de cómo otros artistas, como Mira Schendel o Lygia Pape, están comenzando a ser presencias apenas testimoniales. Cuando la memoria empieza a dejar de pertenecerte, la mejor manera de actuar es volver a pensar cómo se conforma, hacia dónde circula y cuál es su destino. Y éste parece ser el objetivo de des-bordes.

ramona 82: ‘Vanguardias Polémicas. La herencia de los sesenta’

Se reproduce la carátula y presentación de ramona 82, con un dossier editado por Ana Longoni y titulado ‘Vanguardias Polémicas: La herencia de los sesenta’. En el dossier intervienen cuatro integrantes de la Red de Investigadores sobre Conceptualismos en América Latina: Jaime Vindel, Fernando Davis, Miguel López y Ana Longoni.
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EDITORIAL

Legados que queman

Se vino el invierno y necesito calentar el ambiente. Recién llegada de México aterricé en el campo cultural argentino dispuesta a encender la polémica, pero ojo, sin humo. El doble desafío de ramona 82 es historizar los fundamentales sesenta, y a la vez, situar la mirada que hace no mucho se posó sobre ella.

Para ello, Ana Longoni editó un candente y a la vez riguroso intercambio polémico entre cuatro investigadores (el español Jaime Vindel, el peruano Miguel López, el argentino Fernando Davis y ella misma) que vienen trabajando sobre las vanguardias sesentistas. El detonante fue un escrito de Vindel cuestionando una serie de lugares comunes en la historiografía argentina sobre los sesenta, y a partir de allí surgieron respuestas, reelaboraciones, réplicas y contrarréplicas. Además de la rigurosidad de los planteos, lo deslumbrante es la sinceridad con la que estos autores reponen las condiciones de producción de su propia reflexión, cómo sacan a luz el proceso por el cual arriban a sus conclusiones, cómo se animan a reformular sus propuestas, complejizándolas, enriqueciéndolas.

Para los glotones: algunas líneas de esta polémica serán retomadas muy pronto en otro número en preparación, tan o más fogoso. Será un «quién fue quién» en la escena argentina de las décadas del ochenta y del noventa. Mucha data posta.

Pero la térmica sigue subiendo. Luego del dossier, vienen reflexiones sobre dos novedades bibliográficas que recogen imprescindibles fuentes documentales sobre el arte local: por un lado, los artículos, conferencias y textos inéditos de Luis Felipe Noé compilados en Noescritos sobre eso que se llama arte (1966-2006); por otro, los registros y testimonios acerca de la intervención urbana conocida como El Siluetazo, compilados en una reciente publicación impulsadas ardorosamente desde ramona que decidió junto a Adriana Hidalgo editora convertir en un libro aquellos materiales que inicialmente iban a formar parte de un dossier especial de la revista.

Por último, una entrevista a las impulsoras de Estudio 13 relata cómo se desarrolla esta experiencia de autogestión con artistas de Río Negro y de Neuquén. ramona abre así una sección que dará cuenta de la escena artística contemporánea en distintos puntos del país.

Y ahora, así nomás, sin anestesia, me anticipo a notificar mi defunción. Será dentro de dos años. No es un lockout de la hoja. No se agotó mi «deseo de revista». No hubo cisma. Sólo quiero que me lean, me escriban, me extrañen, me deseen y se aprovechen de mí. Y para eso nada mejor que no estar. O que se piense que puedo no estar.

Terminaré en mi número 101 o quizás en el 102, para no ser exacta. Durante dos años más, junto a mis amigas, las sigo esperando a tomar unos vinos y a charlar como siempre, antes que me aqueje el bronce.