Este jueves 6 de junio de 2013 iba a inaugurarse en el Museo Provincial de la ciudad de La Plata una exposición histórica. “Juan Carlos Romero en La Plata”, curada por Fernando Davis, hubiese presentado un consistente y poco conocido conjunto de obras y proyectos del artista Juan Carlos Romero (Avellaneda, 1931) que echan luz sobre su estrecho vínculo con la ciudad de La Plata desde los años 60 en adelante. Por primera vez, iba a verse en el país la reconstrucción de la crucial instalación “Violencia”, que tuvo lugar en el CAYC en 1973, y que sí puede visitarse desde hace un par de años como parte de la colección permanente en el Museo Reina Sofía (Madrid). También, se hubieran visto por primera vez los documentos y fotos del mural realizado en 1971 en Berisso por un grupo de estudiantes de Bellas Artes asesorados por Romero y Néstor García Canclini, quienes cuatro años más tarde serían exonerados de la UNLP por la intervención. Y un conjunto preciso –resultado de un laborioso trabajo de investigación- que hubiera permitido reponer la trama de relaciones y afinidades artísticas, políticas y afectivas que lo unieron a los integrantes de la vanguardia platense como Vigo, Pazos y Ginzburg, entre otros.
Lamentablemente, ese acontecimiento que hubiera tenido algún efecto reparador –aunque tardío y parcial- ante el extenso periplo de censuras, clausuras, expulsiones e indiferencia hacia este artista no va a tener lugar. La desidia institucional -que condena a la activa y prolífica comunidad cultural de esta ciudad a un llamativo vacío museal- impide que esta muestra se concrete apelando a inacciones acompañadas de argumentos tales como que “los vecinos quieren ver el patrimonio” (en relación a seis obras de la colección del museo que deberían desplazarse durante las 4 semanas que duraría la exposición). Hay también obra de Juan Carlos Romero en el patrimonio del museo que por cierto muy pocas veces “los vecinos” han podido ver. Y cientos de adhesiones al artista y al curador de muchos ciudadanos que quieren ver esa exposición. Un nuevo y triste caso de la instalada desidia institucional que afecta las lógicas oficiales del campo artístico en Argentina y otras partes de América Latina. Ojalá las múltiples adhesiones a las que nos sumamos logren sacudir esa inercia y tener un efecto reactivador para que se concrete por fin la exposición “Juan Carlos Romero en La Plata”.